Pero yo no vivo en el mar báltico.

que caiga en Israel o en Detroit

Los chinos habían generado una nueva epidemia: La epidemia de los duendes. Según un decreto, los ciudadanos chinos sólo podían engendrar un hijo, pero cuando el hijo nacía muerto, al rato revivía y se transmutaba en un viejo duende oloroso y barbudo, con un sombrero de piel de mamífero lampiño. En general, devoraba a la extenuada madre y a todos los que se encontrasen al rededor. Al cabo de una década, ningún vástago humano era parido vivo y todos esos pequeños cadáveres se degeneraban en duendes frenéticos y devastadores. Un proyecto para repeler la amenaza consistió en poner un cebo en varios cohetes y mandarlos a la estratósfera. Pero la rivalidad con los Estados Unidos pudo más y el destino de los duendes encohetados fue la llamada "tierra de las oportunidades".
El planeta Tierra se precipitó a su destrucción.
La era donde los seres humanos fueron la plaga mayor, dio inicio a la era de los duendes lanza-cohetes chinos de destrucción masiva.