Hagamos una sección de relatos de terror, para ello, ocupen la etiqueta [b] para definir el título y luego la historia.
Yo parto.
Una vida infeliz
Era joven... casi tenía 20 años. Era una persona muy complicada, egoísta, de pocos amigos, pero los pocos que tenía lo respetaban y lo aceptaban como era.
Había dejado los estudios ya que vivía solo, en un apartamento cerca de la playa. Su sueño: Estudiar informática o medicina. Para eso trabajaba, para tener el dinero para costear sus estudios.
Trabajaba en una empresa grande, de asesoría jurídica, sabía algo de leyes ¡Sin siquiera ser abogado! Era de esas personas que saben de todo un poco, tenía un buen cargo, buen sueldo, secretaria, oficina, apartamento propio, era como el sueño que quiere cualquier persona.
No le gustaba la familia, quería a sus padres, estos están separados, se divorciaron apenas era un chico. A los 16 años se había ido de casa, le gustaba la libertad, la privacidad, era muy reservado.
Cuando era joven era una persona con mucha energía, le gustaba salir, sociabilizar, estar con sus amigos, aunque tenía problemas con algunos conocidos que no soportaban su compleja sinceridad, no sabia mentir, y a veces las verdades duelen mas que las mentiras.
Quizás toda esa vida fue haciendo merma en su organismo, a partir de los 15 empezó a sufrir de graves migrañas, que empeoraban con el tiempo. Pasaron los años, y todos los exámenes médicos indicaban que era migraña, y era tratado para migrañas, analgésicos.
Llegaba a tomar hasta 6 Ibuprofenos, que es una dosis demencialmente alta, se necesitan 2 para un dolor de cabeza grave. Los síntomas no se iban, y tenía dolores de cabeza 5 de 7 días a la semana.
Era ateo, hasta que de leer libros, documentales y demás cosas en internet, fue cambiando su manera de pensar hasta aceptar que hay una energía divina en todo esto.
Estudiaba el fenómeno ovni, sabía mucho de estos temas, un día los síntomas sólo empeoraron, estaba débil, se sentía pesado, trabajaba como siempre, pero parecía mas bien una máquina, sin sentimientos, los contantes mareos y dolores de cabeza lo tenían deprimido.
Empezó a averiguar cosas acerca del karma, pero ya era tarde, sea lo que sea, le había ganado la partida, ahora los síntomas empeoraron demasiado, sangraba por la nariz, sentía una aguja atravesando su cabeza de punta a punta. Después de sangrar por la nariz, su mente quedaba en blanco y se desmayaba.
Ya era tarde para cambiar, era tarde para todo... no valía la pena. Se había rendido... lo peor, es que los exámenes médicos siempre fueron normales. Un día simplemente, sufrió un último ataque... sabía que le había llegado la hora. Esta vez su mente quedó en negro, no podía hablar, pensar, estaba como en una prisión para el espíritu y yo me pregunto ¿Acaso esto es el infierno?
FIN.
aunque tenía problemas con algunos conocidos que no soportaban su compleja sinceridad
¿Qué mierda? Esto entra en conflicto con el hecho de que trabajaba en una empresa grande de asesoría jurídica, nunca hubiera podido llegar a ese puesto sin habilidades sociales.
A los 16 años se había ido de casa
Me imagino que era hijo de millonarios el cabrón.
La vida del protagonista (OP) suena 10+ veces mejor que la mía lol
El nos siguió
Voy a recordar que al final de la experiencia del fantasma y la televisión dije que nos mudamos de casa y nos siguió este fantasma... Bueno, hemos estado más o menos un año sin experiencias con él pero ayer ya estuve seguro que nos siguió ya que antes, desde hace un mes, pasan cosas, pero no le di importancia.
La primera fue que en mi nueva casa se oía como si alguien entrara por la ventana rompiendo los cristales pero no había nada roto ni nadie dentro, también se veían sombras pero no había nadie. Bueno, ya por último antes de lo del otro día la tele empezó otra vez a cambiar sola de cadena. Decir que esta tele no es la que cambiaba en la anterior casa, ésta es nueva, es la que se encendió por la noche antes de que mi madre pasara haciendo ese ritual.
Sigo con lo del otro día: bueno, serían como las 7 o por ahí de la tarde, empezó a llover mucho y se fue la luz de todo el bloque. Salí a comprobarlo al pasillo y ésta no funcionaba, tampoco lo hacía el ascensor. Al entrar en mi casa hubo un relámpago y ví como la figura de un niño... pensé que mi mente me jugaba malas pasadas.
En fin, entré y me dirigí a mi cuarto: mi televisión estaba encendida, sólo esta, sin corriente en todo el bloque. Yo oí un ruido en el cuarto de al lado el de mis padres y fui a ver qué era. Decir que llevaba una linterna pequeña para alumbrarme el camino. Al entrar en el cuarto la luz volvió y encendí la del cuarto de mis padres, ví la foto de mi hermano muerto con el marco roto: compré otro y no le conté nada a mis padres.
Bueno, esto fue lo de ayer. Por cierto, mi televisión no pudo apagarse hasta un rato. Estas cosas empezaron a pasar aproximadamente un año antes de que nos mudáramos cuando encontramos casa y puede que el espíritu quisiera hacernos notar que esta aquí. Por último decir que ya no sólo pasan las cosas cuando estoy solo ya que a mí sólo me pasó lo de los cristales y lo del otro día pero ahora le suelen pasar solo a mi hermano.
Las estrellas que gritan
A mi hermano desde pequeño siempre le ha gustado mirar el cielo de noche.
Le gustaba astronomía y había cumplido 7 años cuando nuestro papá trajo un telescopio que compró en Laredo para su cumpleaños.
Pero una noche, se pasó varias horas mirando un punto fijo a través del telescopio. Recuerdo haber visto que no hacía ningún movimiento, como si estuviera hipnotizado. Lo único que rompió con su trance fue que mi mamá lo regañó para que fuera a comer.
Al día siguiente le pregunté qué es lo que se había estado quedando mirando.
“Estaba viendo a las estrellas que gritan”.
“No manches”.
“Encontré un lugar en el que, si te quedas mirando, puedes comenzar a escuchar gritos”.
“No es cierto”.
“Si no me crees, mira el telescopio en la noche”.
Esperé hasta las 11 de la noche para checar el aparato y tuve suerte que era una noche despejada. Se había quedado en la misma posición que en la noche anterior, asi que la curiosidad me hizo ver a través del ocular.
Había un pequeño cúmulo de estrellas, pero sucedió algo extraño: Al concentrarme en una estrella, comenzó a escucharse un grito muy lejano.
Eventualmente aumentaba de volumen.
Y entre más lo miraba, más fuerte era.
El susto de mi vida
Antes de contarles mi historia, quiero decirles que lo que van a leer a continuación es 100% real y no ficción. Me ocurrió a mí, por lo mismo les aseguro que todo fue así y no de otra manera.
Bueno, mi nombre es “T.” y tengo actualmente 21 años. Soy chileno y vivo en la ciudad de Santiago. Tengo un amigo llamado “D.” el cual durante alrededor de 5 a 6 años me contó que de vez en cuando en su casa pasaban “cosas”. Yo un tanto incrédulo me reía de esto y algunas veces lo molestaba. Eran muy conocidas sus historias en nuestro círculo de amigos, las cuales creo que ninguno de nosotros podía creer.
Recuerdo que era un día viernes del año 2000 (no recuerdo el mes) y el sábado por la mañana teníamos que viajar temprano con 2 amigos más. Así que estuvimos todo el viernes en su casa, desde las 13:00 hrs. en adelante. Cuando llegamos los cuatro a su casa, antes de entrar nos miramos y nos reímos a modo de burla sobre todo lo que “D.” nos había contado. “D.” abrió la puerta, pasamos por el antejardín y llegamos a la puerta principal de la casa. Al abrirla sonaron las campanillas, que ya nos eran muy familiares y entramos. A nuestra derecha se encontraba la puerta que daba hacia el living, al frente la puerta de la cocina y a nuestra izquierda el baño de visitas y junto a él, la escalera al segundo piso, donde se encontraban las habitaciones. Subimos por las escaleras hacia el cuarto de “D.” y noté cuadros nuevos en la muralla y le dije a “D.”:
-Oye “D.” pusiste cuadros nuevos… están muy buenos.
-A si, es que los anteriores se rompieron.
-¿Se rompieron?
-Si, al caerse. Se salvaron 4 de los 10 cuadros que habían, además ya estaban muy viejos. Mi abuela los cambió. Igual no están mal. Se ven bien estos nuevos.
La reacción con mis otros dos amigos fue entre un poco de susto y risa al mismo tiempo.
Bueno, en el segundo piso hay cuatro cuartos, uno de sus dos abuelos (los dueños de la casa), el de sus padres, el de sus hermanos chicos (que son 3) y el de él y el de su hermano mayor, este ultimo cuarto está junto a la escalera. Entramos en su cuarto y dejamos nuestras cosas ahí. Almorzamos y luego trabajamos durante la tarde en nuestros estudios.
Eran ya como las 20:30 hrs. y “D.” nos ofreció quedarnos a dormir en su casa ya que era un tanto tarde y al otro día todos deberíamos viajar fuera de la ciudad, creanme que no fue una decisión fácil. Que pasa si todas las historias que nos ha contado son verdad. Estoy seguro que en ese momento mis otros amigos pensaron lo mismo que yo.
Después de alrededor de 5 minutos “D.” me convenció y accedí a quedarme. Mis otros amigos inventaron algo y se fueron a sus casas. En tanto llego el hermano de “D.”, se llama “F.” y duerme en el mismo cuarto que “D.”, tienen un camarote y bajo él una cama para visitas.
Estuvimos hasta altas horas de la noche conversando y hablando de la vida, hasta que por las fuertes risas, los padres de “D.” nos hicieron callar y nos obligaron a dormir. De todas maneras yo ya estaba muy cansado y los ojos se me cerraban.
Ordenamos todo y nos quedamos dormidos.
Habrán pasado algunas horas o minutos quizás, pero la cosa es que me desperté y todo estaba en silencio y oscuro, no sabia que hora era y estaba con tanto sueño que me dispuse a dormir de nuevo, pero en eso oí a “D.” que respiraba fuerte, me levanté un poco, ya que mi cama estaba casi a nivel del suelo junto a la de “D.” y noté que “D.” tiritaba. Lo toque y saltó del miedo, lo tranquilice y le pregunté que pasaba.
-¿No escuchas los perros que ladran afuera? -me pregunto en susurro y con voz temblorosa.
-Emmm… si los escucho, ¿Qué pasa?, estás temblando.
-Mira, lo que pasa es que solo ladran tanto cuando algo va a ocurrir aquí.- Me dijo con cara de horror.
-Ja, tú me estas tomando el pelo. Tu lo que quieres es que me asuste para luego burlarte de mi en venganza, ¿no?. Pues….
-¡Callate y escucha! –Me dijo interrumpiendo.
-Que mierda pasa… -Nos pregunto “F.” despertando y con vos dormida.
-¡Cállense y escuchen! Algo va a pasar ¡No hablen! –Dijo “D.” y nos callamos los tres.
Estuvimos alrededor de 10 minutos sin decir nada mientras alrededor de 10 perros ladraban afuera en la calle. En eso pasó algo que me dejó realmente los pelos de punta, las campanillas de la puerta principal sonaron. No podía ser nadie de la casa, ya que todos dormían.
-¡Mierda! ¿Escuchaste eso? –Le pregunté a “D.”
-Por más que quieras decir algo, no hables. No hables que puede ser peor. – Dijo “D.” en vos muy baja.
No creía lo que estaba pasando, no podía ser cierto. Desde ese momento no dije nada. Solo escuché con mucho terror lo que pasó a continuación.
En la planta baja se escuchaban pisadas. Luego algo o alguien subió por las escaleras corriendo y paró justo en la entrada del cuarto de nosotros, el cual tenía la puerta abierta, no aguanté el miedo y me puse a rezar en mi mente mientras lloraba con los ojos cerrados. En eso un librero de unos 2 metros de altura y 1 y medio de ancho, repleto de libros de todo tipo comenzó a moverse. No aguanté más y abrí los ojos. No había nada ni nadie y se movía solo, como si alguien lo moviera de un extremo y luego del otro, para que así avanzara. Lo más preocupante no fue solo que se moviera solo, sino que estaba moviéndose en dirección a la puerta, para así taparla y no dejarnos escapatoria alguna. En cosa de segundos pensé en tirarme por la ventana, pero luego recordé que sería peor y que estabamos en un 2do piso.
En eso ocurrió algo que nunca pensé que ocurriría, la abuela de “D.” salió con una vela y rezando algo que no recuerdo, al terminar gritó: - ¡Ándate y no vuelvas más quienquiera que seas!
En ese mismo instante paro de moverse el librero que ya casi tapaba la entrada. Se escuchó como alguien corría hacia el primer piso por las escaleras y como algunos cuadros se caían. Se escucharon las campanillas y como nuevamente ladraban los perros.
Sentía que el corazón me salía por la boca y noté ahí recién como tiritaba y que no podía parar de hacerlo. La abuela con cara muy calma se asomó detrás del librero con la vela en las manos y nos dijo:
-Niños tengan cuidado, se cortó la luz, voy a llamar a la compañía para que vean que ha ocurrido.
No podía creer lo que estaba escuchando ¿Se cortó la luz? , a quien le importa, yo queria salir de ahí inmediatamente.
-“D.”, yo me voy de aquí.
-Espera, no hagas eso. Espera a que todo se calme un poco. Luego haz lo que quieras. – Dijo “D.” un poco más calmado que antes.
-“T.” estas bien. – Me preguntó “F.”
-Si. Creo que si. – Físicamente hablando.
-Hablamos toda la noche de lo ocurrido hasta que amaneció. Luego retornó la electricidad.
Lo más curioso fue que al tomar desayuno por la mañana, nadie hablara de lo ocurrido.
Creo que se debía a que la abuela de “D.” estaba ahí.
Algo raro ocultaba esa señora y nadie, ni “D.” que trató de decirme lo contrario, va a cambiar ese presentimiento.
El sábado hicimos el viaje de todas maneras y “D.” me pidió que si contaba algo, contara que se cayeron los cuadros y nada más. Accedí, es más, no conté nada de lo ocurrido hasta por lo menos 2 semanas después a un sacerdote de mi colegio. Luego de eso lo hable en varias oportunidades con “D.” y su hermano. Desde entonces no he vuelto más a esa casa. No me gustaría vivir nunca más algo parecido. No se lo deseo a nadie.
Les reitero que esto es un hecho verídico y no una historia más como las que rondan por este sitio web (vampiros.xyz).
Antes de que me pasara esto no creía en lo sobrenatural, desde entonces no he parado de visitar sitios como este e interesarme en este tipo de cosas, porque sé y estoy 100% seguro de que es real y de que existe.
Lo sobrenatural para mi ya es algo natural, por que existe y lo viví.
Esta historia la escribí en la secu, hace más de 10 años, espero la disfruten vampiros..
"orgasmo en las tinieblas"
Entre las sombras se enconden seres que no podrás ver, lo irónico es... que ellos si te ven. Ellos esperan que grites, para ir a horrorizarte más; no son horrendos, al contrario son hermosos y algunos hasta poseen alas negras. Te encantarán, su carisma es único, bello, etéreo... Sólo hay algo que no es seguro, ¿qué tal sino es tu salvación y es tu destrucción?
Imaginémoslo así... Este mundo apesta y tú te pudres con él, hay que buscar una salida y para tu desgracia o fortuna, una noche te encuentras con uno de estos seres; él te observa con tranquilidad, y claro que te llama la atención, sigues tu camino. Trás unos minutos sientes que algo o alguien te sigue, volteas, nadie atrás, tal vez tus nervios te jueguen sucio. La sensación de ser vigilado no termina, tu corazón late rápido, volteas varias veces atrás...nada.
Por fin llegas a tu destino, quizás tomes algo de beber, sin saber que es lo último que tomarás... Un viento suave mueve las cortinas de la estancia, ¿miedo?...¡Ja!, considéralo. Cierras las cortinas, paz otra vez, pero, algo o alguien está contigo a solas: Buscas algúna alomalía, más no la hay. Decides que tu mente vaga demasiado y ¿es hora de dormir...? Alguien piensa distinto. En las sábanas sientes algo, caricias dulces que excitan tus sentidos. El placer te inunda y crees que es un sueño. Gimes, sí, el éxtasis del placer. Despiertas, alguien está sobre tí, te incita a juegos profanos, ¿cómo negarse a tal placer? Tal vez sigas el juego, una de tus fantasías se cumple. Mistísismo, erótismo, qué más puedes desear?
Lo sientes frío y él te sonríe. Es hora de caer, algo en tu interior te dice que sigas, sí, disfrutalo, gozar es de lo poco que te queda. Pues bien... Es hora de tu catástrofe...
Esas manos ágiles rozan tu piel, el orgasmo es inevitable. El placer te hace su presa, ya nada importa, sólo sentir. Una mordedura con colmillos filosos. Te hace gritar de placer, sí, la catástrofe comienza... y no para. Sientes que la muerte te llama, pero, deseas otro tipo de muerte, la muerte viviente... Sangre sobre tu piel y en las comisuras de los labios de él. Tu vino calído escurre. La hora de la verdad, de decidir tu destino, ha alzado el telón. Él te pregunta, no dudas en contestar, él sonríe y ahora lo sabes, él se apoderó de tí y te regala la muerte viviente. Sientes el ardor del elixir escarlata bajando por tu garganta, quema. Caes, caes hasta tu tumba, el dolor de la catástrofe termina. Ahora te sientes vivo, la fascinación por lo que te rodea es encegadora, ves a tu creador, él sonríe mostrando su maldad, su oscuridad y tu sonríes de igual forma. Tienes hambre, eres un depredador nocturno. Sed de sangre, de conocimiento. Felicidades, ahora posees toda la eternidad.
Y así estarás con tu especie, observando entre las sombras, jamás te podrán ver, esperarás hasta que alguien más merezca que sea alcanzado por las tinieblas...
Gracias por leer.
El orfanato de Clara
Desde que Clara llegó al viejo orfanato, sus cuidadoras sabían que no sería una niña normal, sus profundos ojos oscuros y la mirada penetrante no era normal en un bebé.
Clara fue creciendo, demostrando ser tímida, muy reservada, nunca jugaba o cantaba, cuando los demás niños se burlaban de ella se podía ver el odio prominente en sus ojos.
Siempre traía con ella una vieja muñeca de trapo.
Lo que más preocupaba a las cuidadoras es que su pasatiempo favorito era encerrarse en el granero, colectar animales pequeños y escarabajos para matarlos.
No lo hacía de inmediato, les arrancaba las extremidades, con sus pequeñas uñas les sacaba los ojos, los retorcía entre sus diminutas manos.
Pero no lo hacía con la curiosidad de un niño, siempre se le veía seria, inmutable.
Lo peor ocurrió cuando tenía ocho años, unos niños entraron al granero para molestarla, le jalaban el cabello, la atosigaban con insultos, se burlaban de su raro comportamiento.
Un chico tomó una piedra y se la aventó, Clara lo miró muy fijo, el chico empezó a tener un ataque de pánico.
Ella tomó un trinche y con fuerza descomunal se lo clavo, casi atraviesa por completo el cuerpo del chico.
Todos salieron corriendo, cuando las cuidadoras llegaron, Clara estaba sentada sobre un montón de paja, con sus brazos rodeando sus piernas.
Se balanceaba adelante y hacia atrás sin quitar la vista del chico muerto.
No podían condenarla por ser una niña pequeña pero las cuidadoras pidieron cambio de orfanato o que la internaran en un psiquiátrico ya que ella no era una niña normal.
Antes de su traslado al hospital, los niños decidieron tomar venganza por la muerte de su amigo.
Esperaron a que oscureciera, entraron al cuarto de Clara y entre todos la arrastraron al granero.
La amarraron, la pusieron en medio, dibujaron un círculo alrededor de ella, un chico tomó un bote de combustible y se lo roció encima.
Otro sacó un fósforo de una caja que se había robado de la cocina y entre la insistencia de los demás, le prendió fuego a Clara.
Ella se retorcía, gritaba, gemía, el dolor se reflejaba en su cara, y aunque su voz se distorsionaba se podía entender que decía que todos estaban condenados.
Las cuidadoras no llegaron a tiempo para salvar a Clara, la encontraron completamente calcinada.
A los pocos días comenzaron los sucesos, cada mañana, uno a uno, fueron apareciendo los chicos muertos en el granero, todos de forma brutal.
Les sacaban los ojos de las cuencas, arrancaban sus lenguas, les fracturaban los brazos y piernas, les abrían el abdomen y con los intestinos formaban un círculo alrededor de cuerpo.
Todo en un mar de sangre, el rostro siempre reflejaba una expresión de terror y sufrimiento impactante.
Aunque las cuidadoras hacían rondas nocturnas, los chicos seguían apareciendo muertos hasta que el estado decidió cambiar el orfanato de residencia.
Prepararon la mudanza y contrataron un camión para partir al día siguiente.
Esa noche, misteriosamente comenzó un incendio en el granero que se extendió hasta la casa del orfanato quemándola por completo.
Cuando por fin llegaron los bomberos no se explicaban por que nadie había salido del orfanato, las cerraduras no tenían llave.
Pero en los marcos y puertas se alcazaba a ver marcas de rasguños desesperados, no hubo ningún sobreviviente, todos murieron quemados a orillas de las puertas.
En el centro del destruido granero, encontraron una vieja muñeca de trapo intacta.
Lo que quedaba del orfanato no fue demolido pero si abandonado.
La gente que pasa por ahí, afirma que en las noches aparece la figura espectral de una niña con su muñeca afuera del granero que se desvanece al cruzar la puerta.
Frío en la mañana
Despierto en la mañana, pero no puedo recordar que soñé. Otra vez tengo frío. Hace días que tengo pensado comprar un calefactor de camas, pero son escazos en verano... si, en toda la noche la temperatura no bajó de los 28°C y yo estoy temblando entre las sábanas.
Pero... no puede ser, estoy desnudo. ¿Y dónde quedó mi pijama? No entiendo cómo pude desvestirme mientras dormía, pues recuerdo claramente que me lo puse.
Tengo las manos congeladas, este frío no me deja pensar... Dios, mío... es sangre lo que tengo entre mis dedos; parece sangre y está seca. Es raro, pero con este color entre café y rojo, mis dedos parecen más pequeños.
¡Ivan, mi hijo! Esto es muy extraño, necesito verlo. Es lo único que tengo desde que murió mi esposa; si algo le pasase...Salgo corriendo;no pienso ni siquiera en vestirme, estoy demasiado preocupado. Abro la puerta, pero siento que mi estómago da vueltas... hay sangre por todo el pasillo. ¿Ivan? Tengo que ir hasta su habitación.
Corro deprisa, pero el trayecto es más largo de lo habitual. Pareciera que mis extremidades son más cortas, pero da lo mismo, el frío que invade a mi cuerpo desnudo no me deja analizar demasiado las cosas... el frío y el miedo.
Llego hasta la puerta de la habitación de Ivan y veo que está abierta, pero hubiese deseado que estuviera cerrada... en la cama de mi pequeño hijo hay un cadaver, para mi extrañeza no era el cuerpo de mi hijo el que estaba mutilado y bañado en sangre; la estatura y contextura es el de un hombre mayor.
No puedo verle el rostro, la cama parece más alta que de costumbre. Me acerco un poco más para ver su cara; creo que fue asesinado con el cuchillo que está en el suelo, al lado de la cama.
No puede ser, es imposible... El rostro está ensangrentado y todo, pero reconocería esas facciones en cualquier lugar: es mi rostro, el cuerpo tirado en la cama soy... yo. ¿Qué está pasando? Ese hombre no puedo ser yo...
Aunque... mis dedos son mas pequeños, mis piernas se encogieron, mi pene es del porte de un niño de 10 años...
10 años... como la edad de Ivan, mi hijo.
Necesito un espejo; corro hacia el pasillo, pero no está el que nos regalaron para navidad. Busco por toda la casa como un loco, pero no hay ni siquiera una maldita ventana en donde reflejarme. Quiero salir de la casa, pero más quiero enterder que pasa... ¿Es ésto una pesadilla?
Voy deprisa hacia la puerta de salida, pero al abrir me encuentro con el vacío. Puedo hablar con claridad que aquello era el vacío, pues no había colores ni olores ni nada, sólo un inmenso vacío rodeando al lago frente a la casa. Sobre las aguas podía divisar una niebla densa y recordé el inmenso frío que me invadía... el frío inhumano... ese frío que mata millones de personas en el mundo...ese frío que ahora congelaba mi pequeño cuerpo.
Me acerqué al lago para ver mi reflejo y vi lo que presentía: era el rostro de Ivan, mi pequeño, con su rostro moreteado y pálido; hilillos de sangre seca cortaban sus mejillas... Entonces recordé todo: ese día yo fui a su cuarto en la noche, como muchas noches silenciosas. Mi intención era abusar de él nuevamente. Lo hacía regularmente, desde que murió mi esposa que no me acostaba con ninguna mujer. Lo violé y lo maltrate muchas veces, pero esa noche el me esperaba con un plan... matarme a puñaladas. Recuerdo, que él me decía siempre "No papá, por favor, no lo hagas". Pero esa noche estaba callado, y apenas le quité toda la ropa, empuñó el cuchillo y me asesinó...
Todavía recuerdo el hierro penetrando por todo mi cuerpo. Me lo merecía, ahora me arrepiento y lloro, pero merecía ese dolor, Dios sabe que si...
Si estoy muerto, ésto debe ser el infierno. Claro, tengo que pagar por mis pecados por toda la eternidad, reviviendo este hecho una y otra vez. ¿Así que ésto es el infierno?, hubiese preferido al diablo y sus demonios. ¿Pero por qué tengo tanto frío? Ahhh... Siento una uñas enterrándose en mi espalda, me desgarran la piel y me lanzan hacia el lago. Me hundo y quiero salir a flote, pero unos brazos con garras no me dejan salir. Lucho con todas mis fuerzas, pero mi cuerpo es muy pequeño y no logro respirar por la desesperación, hasta que veo a través del agua el rostro de mi esposa muerta, que con sus brazos me hunde en el lago. Claro, ahora recuerdo que la maté y tiré su cuerpo al lago... El agua helada congela mis pulmones, el aire se acaba, el dolor es indescriptible, mi visión se oscurece y ya no siento ni veo nada más...
Despierto, pero no puedo recordar nada... Otra vez tengo frío.
Ahora si tengo tiempo para ti, Amigo!
Hoy al atender el teléfono que insistentemente exigía mi atención, mi mundo se desmoronó. Entre sollozos y lamentos. La voz del otro lado de la línea me informaba que mi mejor amigo Luis, su nombre, mi compañero de todos los días, mi hombro, mi camarada, había sufrido un grave accidente, y había fallecido instantáneamente...
Recuerdo haber colgado el teléfono y caminado a pasos lentos hacia mi dormitorio, mi refugio particular. Las imágenes de mi juventud vinieron casi de forma inmediata a mi mente, la facultad, las borracheras, las conversaciones a la vuelta de las salidas hasta altas horas de la noche, los amores no correspondidos, las confidencias al pie del oído, las complicidades, las risas, ahhh! las risas, eran fácil de salir en compañía de mi amigo...
Recordé también las lágrimas de las despedidas y principalmente las promesas de nuevos encuentros, recuerdo las promesas de que nunca sería olvidado, y realmente nunca lo fuí, perdí la cuenta de las veces en que cariñosamente me llamaba cuando yo estaba en el fondo del pozo, los mensajes, que nunca respondí, que constantemente me enviaba, llenando mi correo electrónico de esperanzas y promesas de un futuro mejor...
Aún tengo presente que fue su rostro lo primero que ví cuando salí de mi operación de apéndice, en su hombro lloré la pérdida de mi querida mamá, fue en sus oídos que derramé los lamentos de un noviazgo terminado. A pesar del esfuerzo para recorrer mi mente, no conseguí acordarme de una sola vez en que tomé el teléfono para llamarlo y decirle lo importante que era para mí el poder contar con su amistad, estaba muy ocupado siempre...
No recuerdo de una sola vez en que me preocupé por conseguir un texto gratificante para enviarselo, no tenía tiempo, no recuerdo haberle hecho algún tipo de sorpresa como una botella de vino o talvez llegar con mi corazón abierto dispuesto a escucharlo, no recuerdo el haber estado dispuesto a escuchar sus problemas, tampoco me dí cuenta que Luis se pasaba un tanto de la bebida, pues en verdad encontraba divertida su forma de ser, era simpático, y borracho aun más...
Si yo hubiera estado un poco para él, talvez él no se hubiera embriagado y no hubiera perdido el control de su auto, me duele ahora el no haber estado para mi gran amigo, pero yo fui su gran amigo?, pero yo no nunca estuve para él!...
Nunca estuve para él, nunca tuve tiempo para mi gran amigo, ni para nadie, ni para mi mismo...
Escogí ropa adecuada a la situación, un pantalón y una camisa negra, dignos de mi estado de ánimo, tomé el teléfono y le avisé a mi jefe que no iría a trabajar hoy y quien sabe después, quería homenajear con mis lágrimas a una de las personas que más ame, mi mejor amigo, desgraciadamente ahora si tuve tiempo y no antes...
Ya estando en su funeral viendo pasar a muchas personas desconocidas para mí, pues tampoco tuve tiempo de conocer muy bien a su familia, solo un poco a sus padres y hermanos, pero tan solo de saludo y ya, estaba en un rincón llorando por él, en realidad estaba solo, pues todos estaban a su lado y yo no me sentía digno, sentado en un sillón negro de piel con mis codos sobre mis piernas y tomandome la cara, gimiendo y casi envuelto en un mar de lágrimas, alguien pusó su mano en mi hombro y me dijo "no te preocupes amigo"...
No podía ser... era su voz, batallé para voltear a ver a aquella persona que estaba a mi lado, talvez la voz la traía en mi mente, ví a aquella persona y entonces mi corazón se salío de su sitio, pues era él!, me dijo que estaba mejor y que no me preocupara, yo estaba atónito y blanco, no sabía que hacer, y lo abrazé o al menos eso intenté, lloré y lloré y le pedí perdón, que lo extrañaba muchisimo, y que él era mi mejor amigo, y que no quería estar lejos de él...
En realidad lo sentí, era él, y lo que le dije también lo sentí salió no de mi boca sino de mi pecho, a nadie le conté nada, él solo se fue, llegó su sepelio y él estaba presente a pocos metros de los demás, nadie le veía, solo yo, me saludo con la mirada y se despidió, con un hasta luego amigo...
Nunca pensé que aquello que le dije en su funeral sería mi pasaporte para estar a su lado, escribó esto por que hoy 25 de marzo de 1999 siendo las 7:35 p.m., y después de haber escrito mis ultimas palabras acompañare a mi fiel amigo, pues el ha venido por mí, él esta aquí en estos momentos, recién acaba de llegar...
Me despido de mi padre, te amo viejito, hermanos míos cuiden del viejo y cuidense uds. los amo demasiado, él esta a mi lado, les manda un saludo, ahora es tiempo de despedirme, Luis desea que estemos juntos donde él ahora pertenece y yo dentro de muy pronto, voy a ver a mi mamita otra vez, gracias Luis, no voy a sufrir solo voy a dormir y ya, no se preocupen...
Los amo.
F.S.G.
--------------------------------------------------------------------------------
Solo me queda preguntarles a ustedes si tienen tiempo para los que aman, o se van a esperar hasta su propia muerte?
Agrego un dicho en mi país, de amor los corazones y no de flores los panteones, así que adelante, que esperan!
Su amigo Frank.
Mi bella muerte
Hoy he visto a la muerte y me ha dicho que pronto nos reuniremos. Que está deseando tenerme a su lado, que se siente muy sola yendo de un lado a otro llevándose almas que, al fin y al cabo, no son para ella.
Pero conmigo es distinto, quiere que le siga en sus viajes, que sea su discípula en la eternidad. Que sea su compañera, amiga e hija, y que aprenda todo lo que pueda para algún día ocupar su lugar.
No es fea y fría como piensan algunos, se nota que no la han conocido. Todo lo contrario, es cálida y dulce como el buen vino, lo único frío en ella es su mirada, como de hielo, pero incluso el hielo llega a quemar cuando lo tocas sin guantes.
Es la más bella que he visto nunca, tiene una belleza sepulcral, pero belleza al fin y al cabo.
Al conocerla se ha despertado en mi un gran interrogante,¿por qué le tienen miedo? No lo entiendo, desde que la he visto sólo pienso en el momento de reunirnos y unirme a ella en ese cálido abrazo que me dará la eternidad.
Gracias a ella seguiré siendo joven por siempre, igual de bella por siglos. Qué tiene eso de malo? Es lo mejor que podría pasarme en estos momentos de eterna angustia que llevo sufriendo desde hace años. Por fin se acabará la tristeza sin explicación, la angustia absurda presente todo el día, a todas horas.
Y cuando hayan pasado las décadas, los siglos, los milenios, yo seguiré aquí, sabiendo todo de todo , de todos. Habré visto cómo la humanidad se ha destruido a sí misma, como hace con las demás cosas. Toda la tierra será un país tercermundista sumido en la miseria y el caos. Para entonces ella morirá en mis manos y yo ocuparé su lugar, crearé mi propio reino, no dejaré que las almas vayan a una u otra dirección, sólo se quedarán conmigo. Y lo harán voluntariamente, porque para entonces la vida será tan muerte que se enamorarán de mí y preferirán mi mundo.
La niña de la chimenea
La familia Hall estaba contenta de haber estrenado su nueva residencia en Connecticut.
Era una hermosa mansión de tres plantas con unas nueve habitaciones, perfecta para la familia.
A las dos semanas de vivir ahí, Hillary, la hija menor de la familia, se quejaba todas las noches de oír un llanto en la chimenea de su cuarto, decía que siempre al asomar la cabeza por la chimenea, no alcanzaba a ver la luz del orificio superior. Los padres de la niña no le daban importancia, debido a que la niña era muy pequeña.
Llegando el invierno, la familia se veía obligada a encender las chimeneas de las habitaciones, ya que debido a la mucha antigüedad de la casa, no tenían calefacciones.
Justamente esa noche, Hillary no se encontraba en la casa, se había quedado a dormir con una amiga.
Por la mitad de la noche, los padres, también escucharon los llantos provenientes de la habitación de Hillary, fueron a echar un vistazo, creyendo que se trataba de uno de sus hijos; pero no encontraron a nadie. Escuchaban los llantos provenientes de la chimenea, exactamente como lo describía Hillary. Michael, el padre de la niña, asomó la cabeza, pero no veía nada más que oscuridad, le extrañaba no ver la luz al final de la chimenea.
Al día siguiente, llamaron a dos obreros para revisar la chimenea de la habitación, a lo que muy asombrados, descubrieron el cadáver e una niña de unos diez años, atrapada en la chimenea.
Llamaron entonces a una médium, para que hablase con la niña y averiguara los indicios de su muerte; esa tarde se hizo una sesión en la casa, y la médium pidió estar sola en la habitación de la niña.
Después de una hora, la médium salió de la habitación de Hillary, contándoles la historia:
La niña se llamaba Jodie, y fue criada por padres muy estrictos, el padre de esta, siempre la maltrataba, la odiaba con tanto exceso que la mató vilmente, pero ya que su esposa amaba a la niña, este escondió el cuerpo en la chimenea de su cuarto, y le inventó a la pobre mujer que su hija había huido de la casa.
La familia averiguó los datos de la madre, y ya que no pasó mucho tiempo de aquel suceso, la invitaron al velorio de Jodie.
Muchos dicen que si enciendes la chimenea de tu cuarto, y permanece encendida entre las doce y una de la madrugada, podrás ver el rostro de Jodie en la chimenea.
Ojos de robot
Todo lo que se diga de bueno acerca de la ciencia y la robótica, podría ser cierto, de no ser por la tiranía de unos cuantos. Un cielo lleno de estrellas, que brillan por su trabajo, no quedarían a la sombra de esos tiranos, si la justicia imperara. Pero la justicia es para unos cuantos y el dinero lo puede todo.
Y en la zona de los robots la cosa no es diferente. Un hervidero de víboras, cuyo poder se les ha subido a la mente. Y cuando dependes de la mente para crear, de normal esta se ofusca, con una neblina llena de ese poder. Entonces, sólo importa el dinero. Y todo aquel que tiene una idea, normalmente es robado y plagiado.
Por que los robots también piensan y crean. Sí. ¿A qué viene esa expresión de extrañeza? Un robot, hoy en día, puede ser lo más parecido a un ser humano. Tan sólo, nos diferencia el interior. Y me refiero al aspecto físico. El cuerpo humano esta compuesto por una serie de órganos, que le dan la vida. Digamos, que los órganos de un robot, son sus cables, sus conexiones, un chip como cerebro... pero son capaces de sentir. No sé que clase de corazón tienen, pero pueden sentir como un ser humano. Quizás el universo de la informática ha evolucionado tanto que hoy en día, puede sentir tanto o más que un ser humano.
Pero, ¿qué pasaría si algún día alguien creara un robot, con algún que otro órgano humano? Por ejemplo, con un corazón. O con un cerebro. Quizás entonces, la humanidad se diera cuenta, de que un robot, podría sentir, razonar y comportarse, como un ser humano. O mejor aun.
Pero, quizás sería demasiada vergüenza, para la raza humana.
Y quizás, entre la obnubilación mental que da el ansia de poder y de dinero y el orgullo de los que se creen creadores de la robótica, que no ven con buenos ojos que el alumno supere al maestro, sea la razón, por la que me están persiguiendo.
Y es que esa idea es mía: He logrado un corazón y un cerebro humanos, para robots.
Y no es que defienda a los robots.
Es que soy un robot...
El ascensor
Tim fregaba sin cesar los pasillos del hotel Moon Paradise como hacía todas las noches por la madrugada. Era un trabajo duro, pero no estaba mal pagado al ser un hotel de lujo. Lo malo es que todo tenía que estar perfectamente limpio antes de las seis de la mañana, ya que las actividades diurnas del hotel comenzaban a esa hora. Pero a Tim le daba igual: tenía un trabajo seguro y nadie le molestaba, y esto último para él, era lo más importante.
Lo único que le perturbaba era una cosa: el ascensor de la segunda planta. Todos lo días sin fallar, el ascensor subía de la planta baja hasta la segunda y su puerta se abría revelando el lujoso interior, como invitando a quién estuviera por las inmediaciones a subir en él. Y así se quedaba durante un rato. Tim ya había preguntado alguna vez al conserje de la planta baja si alguien había entrado en el ascensor en esos momentos, pero la respuesta era la misma: un no, seguido de una mirada extraña. Así que dejó de preguntar y se dedicó a limpiar, que era lo suyo. Podría ser algún inquilino bromista, sí, podría ser, o tal vez que el maldito cacharro no funcionaba como era debido.
Una noche que Tim se encontraba en la segunda planta tomando un breve descanso, mientras contemplaba un hermoso cuadro en la pared de un pintor que no conocía, el ascensor volvió a abrirse. Tim se giró y se quedó sorprendido al ver como una mujer, completamente vestida de negro de mirada sombría, salía por las puertas y se perdía por el pasillo de la derecha. Tim, extrañado y fascinado a la vez, dejó la fregona apoyada en la pared y se dirigió hacia el ascensor, que se encontraba al fondo del corredor. Cuando llegó miró hacia ambos lados del pasillo lateral, pero ni rastro de la mujer. Pero el ascensor allí seguía, abierto de par en par.
Tim entró en su ostentoso interior y lo admiró como nunca lo había hecho; hasta le parecía que no fuera el mismo ascensor de todos los días. Paredes de terciopelo de color rojo, adornadas con unos estampados dorados en forma de enredaderas y acompañadas de varias pinturas de personalidades que jamás había visto, decoraban el interior del misterioso ascensor. Se fijó en una pequeña pintura, un retrato en blanco y negro que le llamó la atención; en una esquina inferior del cuadro figuraba un nombre: Madania. No podía ser cierto: era extremadamente parecida a la mujer que acababa de salir del ascensor hacía pocos minutos. En ese preciso instante, el ascensor se cerró.
En un primer momento, Tim se quedó parado, esperando a que volviera a abrirse; pensaba que alguien habría accionado el ascensor desde otro piso, y pronto se abriría revelando al típico inquilino venido de alguna fiesta nocturna. Pero el ascensor llegó a la planta baja y siguió bajando, bajando y bajando… Tim se quedó parado, sin saber que hacer; su mente racional le decía que tal vez, hubieran pisos inferiores más abajo, como un sótano o algún almacén; lo más seguro es que algún empleado hubiera activado el ascensor desde allí abajo, mediante la llave reservada para pisos restringidos que solo cierto personal podía emplear.
Tim, con un extraño nudo en el estómago, siguió esperando pero el maldito trasto continuó descendiendo. Tim empezó a sollozar y golpeó la puerta del ascensor con fuerza, mientras gritaba sin cesar pidiendo que alguien lo ayudara. Pero era inútil. Tim se sentó en el suelo del elevador, ignorando por completo el lujoso interior que ahora le parecía perverso y maldito, y lloró muy asustado. Después de varios minutos que le parecieron horas, el elevador paró y sus puertas se abrieron. Tim, que se encontraba agazapado en el suelo del elevador con la cabeza gacha encima de las rodillas, levantó la mirada hacia el frente y observó lo que se le venía encima.
El penumbroso y larguísimo pasillo, pobremente iluminado con unos fluorescentes de color amarillo viejo, no se parecía en absoluto a nada que le indicara que seguía tratándose del hotel. Tim se levantó y salió del ascensor y se quedó a un metro de él, observando el entorno. El tenebroso corredor se asemejaba al de una fábrica abandonada, pues a sus lados no tenía puertas, sino unas entradas en forma de arco. El hombre se acercó a una de las entradas y miró dentro. Pudo ver una amplia y abovedada estancia de similar iluminación. Se asustó mucho cuando vio a varias personas vagando de aquí para allá entre la penumbra, mientras balbuceaban palabras ininteligibles. Se apartó de la esquina y cerró los ojos, pero en seguida, los abrió cuando oyó a alguien acercarse a su posición. Retrocedió temeroso hacia el elevador, pues no sabía quiénes eran ni que querían esos individuos tan grotescos, pero se quedó helado cuando vio, con horror, que ya no había ascensor.
Donde antes había habido un lujoso ascensor, ahora había un oscuro y sucio hueco tapiado de cabo a rabo; comprendió, por unos instantes, que estaba soñando, que se había vuelto loco de remate: esto no podía estar ocurriendo. Notó que alguien le miraba desde atrás. Se giró y vio a un hombrecillo calvo y vestido con harapos que le observaba curioso. Tim le preguntó, sin interesarle quién era o qué quería, qué lugar era este. El extraño hombrecillo le contestó que era el Reino de Madania. El asustado hombre se quedó extrañado, mirando al otro como hipnotizado. El grotesco hombrecillo, al ver que Tim no comprendía, le contestó: “Para ti, para nosotros y para todos los incautos que caigan en sus dominios, el infierno”.
El andrajoso hombrecillo le dijo que Madania, fue la dueña original del hotel Moon Paradise, pero fue asesinada por su marido, heredando él todo el negocio. Su marido no sabía que su mujer, había hecho en vida pactos con poderes oscuros, lo que le permitió venir a este plano en lugar de ser arrojada a un infierno de nivel inferior para ser consumida. Le comentó que Madania, cada cierto tiempo, atraía aquí a hombres jóvenes para servir de alimento a Aspleroth, dios de la superchería y la desdicha. Uno de ellos fue su marido, y aunque no era ya muy joven, su dios no puso muchas objeciones, pues Aspleroth se regocijaba con la venganza. Se decía que este demonio le proporcionaba grandes poderes y el poder permanecer en este plano, siempre y cuando pagara su tributo con almas jóvenes. El hombrecillo señaló hacia el fondo del pasillo: “más allá del corredor, se encuentra Aspleroth, nuestro señor, le dijo en voz baja”. “A nosotros nos deja en paz, pues ya estábamos aquí antes de que Madania llegara. También servimos a Aspleroth; en realidad todo el mundo que llega aquí le sirve. En el lugar más recóndito de su mente, Tim seguía pensando que todo esto terminaría, que tenía que ser una pesadilla causada por el estrés o por alguna demencia que su mente podría haber desarrollado.
Súbitamente, Tim sintió una gélida presencia detrás de él. Al girarse, se encontró frente a frente con la misma mujer que había visto saliendo del ascensor; la misma que la de la foto. Ahora, cerca de él, era una mujer de aspecto joven, muy bella, alta, más que él, y muy pálida, demasiado. Antes de que Tim le preguntara de qué iba todo esto, la fantasmagórica mujer le agarró del brazo con una fuerza sobrehumana y se lo llevó a rastras a través del oscuro pasillo. Tim chillaba como cual animal camino del matadero, mientras la heladora mano le iba debilitando poco a poco.
Lo último que vio Tim fueron las deprimentes luces fluorescentes que iluminaban el profundo corredor, antes de servir a oscuros propósitos que trascendían más allá de lo que una criatura inferior como él, podría llegar a comprender..
Estás con tu chica y lo estás haciendo cuando de pronto suena el teléfono.
Contestas y una voz te dice "¿Qué estás haciendo con mi hija?"
Le dices a tu chica y ella responde "mi padre está muerto".
¿ENTONCES QUIÉN ERA TELÉFONO?
¿ENTONCES QUIÉN ERA TELÉFONO?
Interesante...
Una fiesta sangrienta
Siempre me ha obsesionado el mundo gótico y todos los temas relacionados con éste, como por ejemplo el vampirismo, ocultismo, esoterismo y el sadomasoquismo, entre otros. Por eso comenze a frecuentar fiestas góticas o “dark” como se lo llama comúnmente aquí. Fiestas privadas que se realizan una vez al mes. Todo muy bien organizado. Eso fue lo que me comentó un conocido, una persona muy extraña por cierto; pero yo me mostré muy interesado ya que quería conocer este gran esperado y misterioso evento. Esto sucedió un viernes 13 donde había una hermosa luna llena. La fiesta, la fecha y la luna, todo indicaba que era un viernes perfecto; o al menos eso pensaba, así que llegada la noche me vestí para la ocasión y salí solo. Al llegar al lugar me gusto el ambiente; lo describiría como un lugar rústico, oscuro y tétrico con una estructura medieval con velas encendidas de colores negras y blancas por doquier. Me pareció genial. Gente gótica o “dark”, por supuesto, todos vestidos de oscuro con pentagramas satánicos colgando del cuello, ojos y labios pintados de negro, aros y pearcing por todo el rostro. No me pareció nada extraño. También habían personas de afuera de este ambiente, personas curiosas que se acercaron al lugar solo para conocerlo. Debo agregar que yo me encasillaba como curioso pero por lo menos pasaba desapercibido por mi vestuario adecuado al ambiente. Pude ver a un hombre joven de traje que llevaba una maleta, observando todo con cara de asombrado que estaba reunido con cuatro amigos mas, vestidos como si no tuvieran idea de donde habían ido. Y así encontré a mucha gente, como dije, de afuera. Pero me sorprendí un poco cuando vi a los “dark” realizando actos de orgías en las esquinas; lesbianas, bisexuales y homosexuales copulando y cometiendo actos de sadomasoquismo golpeándose con cinturones y cadenas y cortándose pequeños tajos en la piel para luego beberse la sangre. Todo era muy regocijante y placentero para ellos y realmente lo disfrutaban. Mientras yo observaba y estudiaba el ambiente, tomaba cerveza y fumaba algunos cigarros. Cerca de las tres de la mañana comenzaba el espectáculo tan esperado por todo el mundo; por los “dark” y por los simples curiosos. Se trataba de un show sadomasoquismo, un show muy particular y escalofriante. Entonces pude ver que un hombre enorme con tatuajes satánicos por todo el cuerpo y una mujer macabra con una sotana negra, llevaban a la fuerza a una muchacha de tan solo 16 años – me dio esa impresión - en ropa interior que iba gritando solicitando ayuda y que la soltaran rogando por su vida. Por supuesto, pense al igual que los curiosos que miraban con gran asombro, que era solo una actuación mientras los “dark” esbozaban una risa diabólica. Entonces pude ver lo peor: el hombre y la mujer ataban a la joven a una reja eléctrica mojándola con un trapo húmedo para que luego el sujeto hiciera contacto con una picana hacia la reja, electrocutando a la muchacha por varios segundos para que luego se recuperara; y estas escenas se repitieron en cuatro o cinco ocasiones. Alrededor de mí había un silencio absoluto. Luego soltaron a la joven que cayó al piso totalmente inconsciente. Entonces, jamas espere ver una escena tan sangrienta como ésta: el sujeto tomó un cuchillo y comenzó a hacerle tajos por el pecho, cuello y brazos para luego, junto con la mujer macabra, beberle la sangre. Todo esto me pareció demasiado fuerte, pero tenía una vaga idea de lo que iba a ver. Este ambiente es así. Antes de finalizado éste sangriento show me dirijo al baño para refrescarme, cuando comenze a escuchar gritos desgarradores que venían desde afuera. Me asomo y logro ver la escena más escalofriante y sangrienta que jamas haya visto en mi vida: todos los “dark” de la fiesta eran pura y exclusivamente vampiros mostrando su real aspecto, con sus grandes colmillos y sus ojos rojos se alimentaban bebiendo la sangre de los varios curiosos, clavando sus colmillos en cuellos, brazos y cabezas, destrozando la carne y descuartizando a muchos. Era una total carnicería. Quede totalmente petrificado en mi sitio sin saber que hacer. Atine a pensar y me di cuenta que estaba muy cerca de la salida así que no lo pense más y corrí hacia la puerta. Cuando llegue me percate que la salida estaba totalmente cerrada con una gran puerta de hierro. Mi desesperación era atroz. Quería escapar a toda costa. En ese momento no se sentía mas nada del otro lado. De repente tras de mí apareció todo un grupo de vampiros que habían finalizado su gran carnicería, que se acercaban muy despacio hacia mí mostrándome sus garras y colmillos y mirándome fijamente. No tenía escapatoria y yo seria el postre. Era el fin. Solo tenia una esperanza: que me convirtieran en uno de ellos.
La mujer del pasillo
Esta historia trata sobre un chico que trata de hacer contacto con su abuela ya fallecida,pero no sabe lo que le espera.
Una noche de Halloween, por hacer algo de miedo, jugamos a la Ouija, cosa de la que siempre me arrepentiré.
La noche era fría, en el ambiente se notaba un aroma extraño, no sé definirlo con palabras; unos amigos y yo buscamos una vieja Ouija que mi familia siempre ha tenido guardada, era de mi bisabuela, la cual había muerto cuando yo aún no había nacido, y siempre había querido conocerla. Mis amigos hacían eso por diversión, yo por un fin, quería hablar con mi bisabuela. La Sesión comenzó, entre risas mis amigos bromeaban, yo estaba muy serio, concentrado, pero ellos no lo notaron, hasta que cayó un rayo que iluminó toda la habitación oscura, seguido de un trueno, que estremeció hasta el último de mis huesos. Asustados por el rayo, mis amigos, se quedaron en silencio, como yo, concentrándose, de repente, el puntero de la Ouija comenzó a moverse, preguntamos al unísono, quién era, pero no respondió. El puntero se movía sin cesar de un lado para otro, sin formar palabras. Al final paró, y lentamente, formó las siguientes palabras: "Estoy yendo a por ustedes". Llamaron a la puerta, pero nadie se atrevió a abrirla, oímos la voz de quien llamaba, era una mujer, estaba en el pasillo, gritaba por entrar a mi habitación, el cerrojo estaba echado, no podía entrar, pero parecía que iba a tirar la puerta abajo. La mujer gritaba desesperada, la puerta iba a caer, así que empujamos la cama para atrancarla. La mujer cada vez más desesperada, gritaba mi nombre. Yo tuve el impulso de abrir la puerta, pero me contuve, esos gritos eran desesperados. Entonces me di cuenta, era mi bisabuela, algo me lo decía, aunque no podía explicar cómo lo sabía. Me lancé a abrir la puerta, quería verla, tenía que verla, pero mis amigos me agarraron. Los gritos cesaron, una de mis amigas, tuvo un ataque de nervios, nos acercamos a consolarla, pero una voz grave y fuerte salió de ella diciendo que no nos acercáramos, nos quedamos de piedra. La mujer del pasillo comenzó a gritar de nuevo: "¡Se los advertí, y no me hicistes caso, ahora moriras!". Mi amiga comenzó a moverse de un lado a otro, diciendo que nos mataría, intentamos abrir la puerta pero no pudimos, los gritos volvieron a cesar, conseguimos abrir la puerta, yo salí primero, pero se cerró detrás de mí. Oí los gritos aterrorizados de mis amigos, histéricos, pidiendo socorro, dando patadas a la puerta para abrirla.
Escribo mi historia, cuarenta y cinco años después de que ocurriera, pues acabo de salir de la cárcel, culpado por el asesinato de mis amigos, los cuales encontré muertos cuando conseguí abrir la puerta de mi habitación.
orgasmo en las tinieblas
Entre las sombras se enconden seres que no podrás ver, lo irónico es... que ellos si te ven. Ellos esperan que grites, para ir a horrorizarte más; no son horrendos, al contrario son hermosos y algunos hasta poseen alas negras. Te encantarán, su carisma es único, bello, etéreo... Sólo hay algo que no es seguro, ¿qué tal sino es tu salvación y es tu destrucción?
Imaginémoslo así... Este mundo apesta y tú te pudres con él, hay que buscar una salida y para tu desgracia o fortuna, una noche te encuentras con uno de estos seres; él te observa con tranquilidad, y claro que te llama la atención, sigues tu camino. Trás unos minutos sientes que algo o alguien te sigue, volteas, nadie atrás, tal vez tus nervios te jueguen sucio. La sensación de ser vigilado no termina, tu corazón late rápido, volteas varias veces atrás...nada.
Por fin llegas a tu destino, quizás tomes algo de beber, sin saber que es lo último que tomarás... Un viento suave mueve las cortinas de la estancia, ¿miedo?...¡Ja!, considéralo. Cierras las cortinas, paz otra vez, pero, algo o alguien está contigo a solas: Buscas algúna alomalía, más no la hay. Decides que tu mente vaga demasiado y ¿es hora de dormir...? Alguien piensa distinto. En las sábanas sientes algo, caricias dulces que excitan tus sentidos. El placer te inunda y crees que es un sueño. Gimes, sí, el éxtasis del placer. Despiertas, alguien está sobre tí, te incita a juegos profanos, ¿cómo negarse a tal placer? Tal vez sigas el juego, una de tus fantasías se cumple. Mistísismo, erótismo, qué más puedes desear?
Lo sientes frío y él te sonríe. Es hora de caer, algo en tu interior te dice que sigas, sí, disfrutalo, gozar es de lo poco que te queda. Pues bien... Es hora de tu catástrofe...
Esas manos ágiles rozan tu piel, el orgasmo es inevitable. El placer te hace su presa, ya nada importa, sólo sentir. Una mordedura con colmillos filosos. Te hace gritar de placer, sí, la catástrofe comienza... y no para. Sientes que la muerte te llama, pero, deseas otro tipo de muerte, la muerte viviente... Sangre sobre tu piel y en las comisuras de los labios de él. Tu vino calído escurre. La hora de la verdad, de decidir tu destino, ha alzado el telón. Él te pregunta, no dudas en contestar, él sonríe y ahora lo sabes, él se apoderó de tí y te regala la muerte viviente. Sientes el ardor del elixir escarlata bajando por tu garganta, quema. Caes, caes hasta tu tumba, el dolor de la catástrofe termina. Ahora te sientes vivo, la fascinación por lo que te rodea es encegadora, ves a tu creador, él sonríe mostrando su maldad, su oscuridad y tu sonríes de igual forma. Tienes hambre, eres un depredador nocturno. Sed de sangre, de conocimiento. Felicidades, ahora posees toda la eternidad.
Y así estarás con tu especie, observando entre las sombras, jamás te podrán ver, esperarás hasta que alguien más merezca que sea alcanzado por las tinieblas...
El remoto rey de los pájaros, el Simurg, deja caer en el centro de la China una pluma espléndida; los pájaros resuelven buscarlo, hartos de su antigua anarquía. Saben que el nombre de su rey quiere decir treinta pájaros; saben que su alcázar está en Kaf, la montaña circular que rodea la tierra. Acometen la casi infinita aventura; superan siete valles, o mares; el nombre del penúltimo es Vértigo; el último se llama Aniquilación. Muchos peregrinos desertan; otros perecen. Treinta, purificados por los trabajos, pisan la montaña del Simurg. Lo contemplan al fin: perciben que ellos son el Simurg y que el Simurg es cada uno de ellos y todos.
Clo estaba en su habitación tratando de sacar una canción de tres acordes.
Los duendes del infierno onírico le rompieron la primera cuerda de su guitarra. Igual casi todas las canciones de su modesto repertorio eran con acordes de quinta, canciones de punk-rock. Cuando la noche se hiciera, antes o después de las doce, cuando sus padres salgan de gira orgiástica o caigan diezmados por la juerga y reposen en el suelo como troncos mustios, también caerán los duendes. Saltando sobre su cabeza hasta hacerla sangrar. Una vez consiguió retorcerle el pescuezo a Garompus, el duende travestido con pechos mordisqueados por los ferales bebés con dientes de piraña que acarreaba consigo el pérfido ñomo picarón de ropa verde y barba naranja.
"Pero me quieres meter en una iglesia
para que exorcicen mi alma y mi cabeza
de nuevo los celos, de nuevo los celos,
no sé si la tengo oh ohh..."
Hicieron su maléfica aparición. Sergio Tenis, el malandrín gnomo matarife apareció de una combustión espontánea en el libro de Edward Gorey, Los pequeños macabros. "Otra vez me están rompiendo mis cosas, ¡los odio!"
Le quiso dar un guitarrazo, como un acto reflejo de protección de sus cosas queridas, pero tampoco quería averiar la guitarra. El duende escapó por las paredes como una alimaña reptil. Uno de los tétricos bebés duende bebía una mezcla de sangre y pus del pecho de Garompus, quien trataba de cantar el mismo tema que había tocado Clotilde, pero a diferencia de la voz de la adolescente, la voz del duende afeminado desafinaba en un registro agudo y áspero. Una voz ideal para el black metal noruego de la década del noventa. Clotilde sintió que se burlaba de ella pero además de la canción visceral de Los Mentirosos. Y de un puntapié, dirigido a la mandíbula del malsonante Garompus, la ira de la trayectoria generó que el impacto atronase demoledor en la cabeza del retoño succionador: La cabeza del bebé monstruo reventó como una sandía, como una piñata nefasta. Sergio Tenis aplaudió, exclamando que había que hacer más bebés. Garompus empezó a cantar otro tema, esta vez, afinando algunas notas:
"Ella usó mi cabeza
como un revolver
e incendió mi conciencia
con sus demonios..."
El otro bebé empezó a gatear sobre el cadáver de su hermanito y empezó a masticarlo.
Sergio saltó sobre Clotilde y la sometió con la llave "mataleón". Clo había visto algunas peleas de UFC y aunque consideraba que era un entretenimiento violento pero amañado y por tanto, falso, estimaba que ese tipo de ahorcamientos sí eran efectivos para doblegar a un adversario. Garompus se acercó a ella, al punto que le sintió el aliento a agua estancada y una mano sin uñas acariciarle suave el cabello. "Soltate, soltate el pelo... soltate el pelo con Wellapon". Esta vez el registro vocal de Garompus sonaba grave y profundo.
Clotilde despertó orinada y bañada de sudor. Su libro de Gorey estaba sano pero a su guitarra le faltaba la sexta cuerda. Hoy había que entregar la tarea del classroom.
>>30
Esta historia tiene de todo, desde punk rock hasta Edward Gorey. Me encantó.
Aunque me saca algo de onda que al principio menciona que la cuerda que se rompió fue la primera y al final dice que falta la sexta.
Otro día, aunque este empezó bien, sin sueños pletóricos de sordidez. La tonalidad del tema era SOL, pero Clo lo tuvo que subir a RE. Usualmente se usa un dispositivo llamado transporte, o capotrasto, pero prefería ahorrarse el dinero para otra cosa. Las cuerdas que faltaban, la sexta y la primera ahora estaban restablecidas. Cerca de la boca de la guitarra había marcas como rasguños. Como si pequeñas garras se hubieran ensañado en el tañido de las cuerdas. De hecho, el encordado era nuevo. Tres cuerdas plateadas y tres de nylon nuevas. Colocadas en cualquier orden. Pero un encordado nuevo al fin. Quizá los duendes no fueran tan malos...
"No. Qué mierda estoy pensando" dijo en voz alta para sí. Sí que eran malos. Los recuerdos se diluían porque las noches aleatorias de tormento se acumulaban y unos clavos se hendían donde otros no. Un dolor podía por un instante rebajar su intensidad si otro irrumpía con un violento acto de presencia. El dolor es urgente. Y un día la casa olía a caramelo, otro día olía a repollos podridos. Inconstancia, aleatoriedad y nunca saber de verdad cuando es vigilia y cuando pesadilla. Una vez los duendes la obligaron a masturbarlos, amenazando con desgarrar su libro de Escher, su libro de Klee, su fanzine de Pizarnik. Tesoros comprados o canjeados en la feria. Luego los duendes se lamían lo derramado entre ellos y la lamían a ella. La textura de sus lenguas parecía papel de lija. En otro destello de recuerdo, le tatuaban dibujos primitivos con agujas oxidadas. Otras veces le cantaban canciones de Ricardo Montaner y de Chayanne. Clotilde había empezado a escuchar The Smiths/Morrissey y los infames ñomos parecían querer imprimirle estos versos en los tímpanos:
"Baila que ritmo te sobra
baila que báilame
acércate un poquito
Salomé".
Recordó algunas imágenes al respecto del mito judeo-cristiano de Salomé, hija de Herodías que pide al lascivo rey Herodes la cabeza de Juan el bautista en una fuente. Hay muchas versiones pictóricas de ese evento. Una de sus preferidas es la de Puvis de Chavannes. De allí recordó otro mito del mismo texto, el de Judith, quien le cercena la cabeza al nefando Holofernes. Se imaginó a sí misma degollando a las parásitas criaturas que le arruinaban la paz mental. Se imaginó atravesándolos con flechas como a San Sebastián. Se imaginó a Artemisia Gentileschi pintando su impresionante obra con la cabeza de su abusador, retratado como Holofernes.
Se imaginó posando desnuda como la maja de Goya y los duendes pintándola en una superficie vidriada utilizando pinceles de carne, venas y un fluido turbio y hediondo por pintura. Empezó a llorar: Ya no podía pensar siquiera lo que quería, como si su cabeza no fuera suya propia. Lloró de impotencia. Las interferencias de los seres repugnantes y agresivos eran inconstantes, pero indeseables, como algunos dolores de muela. Y no era de noche y apareció Sergio Tenis, cantando tristemente.
"Sigo dando vueltas
de madrugada
nena nena
necesito una explicación"
Sostenía la cabeza de Garompus en sus manos. Los ojos de Sergio eran grandes y acuosos. Miró hacia abajo y ella siguió su mirada y la cabeza de Garompus empezó a latir y su lengua, como una oruga, empezó a reptar hasta el pene erecto de Sergio Tenis, que hizo el gesto de dabbing.
Clotilde quería salir corriendo y estar muy lejos, pero su cuerpo no respondía. Se le derretía el cerebro.
Y despertó otra vez. Y esta vez no tenía que bañarse. Se preparó medio jarro de café, se puso el barbijo y salió a la calle. A la vuelta tendría que pergeñar algo para el classroom, aunque lo más probable es que ella entregase el tp antes que el resto. Caminar, respirar. Primero eso.
Neruda tuvo una hija, Malva, que nació con hidrocefalia. La niña avergonzaba al poeta, que al principio no entendía la gravedad de su mal, lo irreversible que era. Pasó de presumir del extraño bebé ante algún atónito colega (dice Aleixandre que cuando se acercó a su cuna no podía mirarla sin sentir un profundo dolor) a despreciarla en voz alta, llamándola “vampiresa de tres kilos” y “ser perfectamente ridículo”. Luces y sombras del hombre que componía poemas de amor y canciones desesperadas al peso. Neruda cantaba las glorias de América mientras olvidaba a Malva y a su madre en una ciudad cualquiera y se marchaba con un nuevo amor, lejos de la hemorragia cerebral que consumía a la niña que llevaba su apellido. Las abandonó allí y nunca volvió a ver a su hija. La madre debió pedir ayuda a un matrimonio holandés amigo, que se encargó de cubrir todas las necesidades de la pequeña hasta que murió, a los ocho años. Pobre Malva, la de delicado nombre vegetal, tan olvidada.
Se puede escribir del amor sin conocerlo ni de vista.
Según la antigua leyenda, el rey Midas persiguió durante largo tiempo en los montes, sin poder alcanzarlo, al viejo Sileno, compañero de Dionisos. Cuando, al fin logró apoderarse de él, el rey le preguntó qué cosa debía elegir el hombre entre varias y cuál debía estimar sobre todas. Inmóvil y obstinado, el demonio (daimon) permanecía mudo, hasta que, por fin, obligado por su vencedor, se echó a reír y pronunció estas palabras:
Raza pasajera y maldita, hija del azar y del dolor, ¿por qué me obligas a revelarte lo que sería conveniente no conocieras? Lo que debes preferir a todo es, para ti, lo imposible: es no haber nacido, no ser, ser nada. Y además, lo mejor que puedes anhelar es... morir pronto.
NIETZSCHE, Friedrich, El origen de la tragedia
Luego del intento de asesinato del que se salvó, volvió literalmente de la muerte, y tuvo que usar un corset de por vida.
Antes de que me dispararan, siempre pensé que estaba más a medio camino entre ver televisión y vivir la vida. Justo cuando me dispararon y desde entonces supe que estaba viendo televisión. Los canales cambian, pero todo es televisión, escribió después del atentado de Valerie Solanas, una feminista radicalizada que quería terminar con género masculino, según sus propias palabras o lo que escribió su obra más difundida el Manifiesto SCUM que se traduce como suciedad y escoria y la sigla fue entendida como Society for Cut Up Men, algo así como un Manifiesto para el exterminio de los hombres.
Un día, un príncipe chino oyó cantar a un ruiseñor.
Maravillado por la belleza de su canto, decretó que era un pájaro real que debía estar en palacio.
Ordenó su captura.
Cuando le trajeron el pájaro, lo encerró en una magnífica jaula de oro.
Le hizo servir los manjares más exquisitos y convocó a los mejores músicos del imperio para que le hicieran compañía. Empanadas, alfajores, galletitas Oreo, vino Frizzé azul, Fernét con Coca, vino en cartón, de todo.
Sin embargo, por más que fue rodeado de mil atenciones, el ruiseñor dejó de cantar, se desmejoró y murió al otro día.
Clotilde no lo podía creer. Había un sitio más turbio en internet que Hispachan: Sergiochan.
Mucha gente desesperada, solicitaba servicios y trabajos a los duendes que, supuestamente, atraían la buena suerte. Las cosas que decían brindar, por fuerza (literalmente) debían de tomarlas de otras personas o criaturas. El pensamiento mágico, cuyas potentes raíces nunca pudo podar el progreso científico y tecnológico, envolvía todo el barrio de Flores, el sitio donde vivía Clotilde. Erigida la ciudad sobre un cementerio de querandíes, sobre el que luego de emplazó un basurero, las maldiciones en continuado arreciaban al pinche gringo invasor. Pero qué culpa tenía Clotilde. Ella sólo quería tocar su guitarra, dibujar cuervos, buitres, serpientes, pumas. Leer mitología, averiguar quiénes eran los sumerios, por qué se diluyó el imperio mongol, leer mangas decentes (animés no, por el relleno), intentar escribir cuentos y hasta continuar las cuatro páginas de un cómic fanfic con Lenore de Roman Dirge y Emily The Strange.
A veces, buscando cosas locas para inspirarse, por el vicio de procrastinar fantaseando que algún elemento externo detonará toda la inspiración reprimida, caía en búsquedas siniestras como antiguos genocidios de tribus olvidadas, ritos necrofílicos, momificaciones, entrevistas a asesinos seriales, documentales de sectas y finalmente, el tablón de imágenes de Sergio Tenis y su socio Garompus. Aunque estaba muerto, Garompus funcionaba con una ouija incrustada, un pulmotor, un niño con muerte cerebral llamado Carlitos y algunas otras cuestiones. "Me siento una Lain del subdesarrollo" se dijo para sí. "Pasamos tanto tiempo delante de una pantalla esperando que algo nos salve y yo... creo que no hago más que hundirme". Se sorprendió lo poco que la convencía este último pensamiento. Lo poco que le llegaba y lo poco que le sorprendían los comentarios que leía.
Anon: Oh, gran Sergio, te ofresco mi anillo de cuero y el de mis hijas Tulia y Anacleta para que derrotes a mis enemigas vecinas y a su perro mordelón. Aldo: No soy la chica con manija, o el trapo gordis como dijiste ayer cuando me volaste la dentadura y me robaste el corega
Respuesta del Admin (Sergio):
Tits or GTFO
Clotilde se rió. Tanto como si era verdad o mentira, la decadencia paupérrima del cerebro de esa gente trastornada era parte del mundo que le tocó en gracia habitar. Gente que siempre culpaba de su condición a otra gente. Gente que se endeudaba no para salir de dónde estaba sino para perjudicar a otra pobre gente, igual de terca e insana. "El que nunca estuvo solo, no conoce la amistad", pensó.
Nuevo decreto de necesidad y urgencia: Una nueva fuerza represiva se desplegará por toda la ciudad de Flores: Los duendes carabineros. También habrá un escuadrón lanzagranadas (los duendes granaderos). Habrá toque de queda desde las 19 horas. La voz del presidente sonaba cansada. Ya era tildado de títere, pero ahora parecía pasado de languidez. "Esto parece cosa de ventrílocuo nigromante" se escuchó decir a sí misma. "¿Por qué estoy escuchando la radio?" ¿Hay una radio en esta casa?" Y no, no era su casa. Era un sueño. Estas preguntas, naturalmente, nadie se las hace en medio de un sueño. Y cuando estaba por despertar, sintió con una pesada certeza que nada bueno podía venir de ahora en más...
Inconsciencia
Humanos....tan patericos como inconscientes, mero tramite molesto pero necesario para obtener la preciada sangre que me da vida...
Muchos me temen (los mas prudentes), otros me persiguen (los mas estupidos) y no faltan los inconscientes que desean obtener el don del abrazo de las sombras...Insensatos!!!.
Buscan a ciegas algo que desean con avidez, pero realmente no conocen una maldita cosa acerca de la eternidad que se les antoja tan deseable... No...sus estrechas mentes no pueden llegar a comprender que significa haber sido maldecido por la estirpe...
¿Acaso es una bendicion para algun ser el contemplar impasible como todo aquello que amas (o has amado), se marchita como flor sin agua y langidece hasta morir?. Teneis acaso idea del imenso dolor que supone verte distanciado para siempre de todo ser al que has podido querer ???(la bestia no respeta a nadie cuando el ansia y la sed apremian!!!), y si por un milagro, aun has podido dominarla, y puedes aun "respetar" a tus seres cercanos sin alimentarte brutalmente de su sangre con la primera sed...¿¿Es acaso una bendicion verlos morir de viejos??.
La soledad es mi condena, como todo vampiro, no hay "amor" en la no-vida, cada maldito sigue su propia senda, y las "alianzas" y la "convivencia" son solo un preludio a la masacre inevitable que llegara tarde o temprano.
No hay nada deseable en mi condicion... hasta a veces el placer de la caza es evitable, no faltan los que te adoran como un dios de muerte. Legiones de suicidas que buscan el final en mis brazos, como si mi beso mortal fuese a cambiar en algo su patetico final....
No cumplo jamas la promesa de darles la eternidad como piden...¿Acaso me creeis tan estupido?. La condenacion es solo soportable a duras penas, con motivaciones personales, a veces tan decadentes como mi propia eternidad.
El final...es algo deseable a veces, y supongo que me dejare consumir al sol, cuando mis convicciones para seguir la pesadilla cada noche ya sean flacas, o cuando intuya demasiado proximo el dominio final de la bestia sobre lo poco "humano" que en mi queda...
Mientras tanto, huid de mi como de la misma peste...y gozad inconscientes de los placeres de la efimera vida.
La eternidad maldita, es demasiado larga, demasiado pesada para ser un bien deseable...Es curioso, pedis lo que yo puedo otorgar y no deseo dar...y yo desearia aquello que poseeis y no podeis darme...
Un reposo al final de las tinieblas y paz a mi espiritu...
>>39
La gente siempre quiere lo que no tiene. Y cuando lo obtiene, anhela lo que tenía antes kek
Víctor Hugo Vizcarra - Cadáveres y cía
Ayer, por ejemplo (creo que al mediodía) trajeron los restos de una cholita de unos veintitantos años de edad a la que habían sacado del fondo de un barranco, lugar al que habría ido a parar presumiblemente por problemas sentimentales. Si bien no la encontraron en posición decúbito dorsal, estaba hecha mierda, porque, durante la caída, su cuerpo había chocado repetidas veces contra las salientes del barranco, que, al llegar al fondo, de la cholita no quedaba casi nada.
Toda ella era una miseria; pero, antes de que llegue el forense de turno para realizar un examen parcial de lo que quedaba del cadáver, con un alicate le saqué el engaste de oro de su dentadura, y —ojo clínico—, calculé que de allí se podía obtener tranquilamente unos ciento cincuenta dólares.
Con el tiempo uno llega a encariñarse con los muertitos porque —aparte de sus familiares y conocidos— nadie más se acuerda de ellos; muchas veces he sentido algo semejante a la tristeza cuando nadie viene a reclamar por uno de ellos. Se siente como si el corazón se nos rompiese en pedacitos, pues están abandonados y no tienen ni siquiera un perrito que les aúlle, a manera de despedirlos, cuando sus almas ya han abandonado para siempre este perro mundo.
En uno de los universos paralelos vislumbrables por el rabillo del ojo, como una sombra esquiva de un deja-vu, Clotilde tiene ya veinte años. Corre el año 2027 y la cuarentena sigue. Los duendes tomaron el poder, hubo un sanguinario golpe de estado. Los periodistas fueron poseídos y sólo son títeres de carne reanimada, rellenos de soja texturizada. Samuel Quispe es el novio de Clotilde. A Samuel Quispe le gusta la cumbia vieja. Ráfaga, Sombras, La Nueva Luna. Clotilde sigue escuchando The Smiths, Joy Division, Depeche Mode, Section 25, Manicured Noise, Parálisis Permante.
Samuel quiere tener hijos. Tres al menos.
Clotilde es antinatalista.
Samuel gusta de las películas de tiros y persecusiones donde explotan muchas cosas.
Clotilde tiene poco cine en su compu: A Serbian Film, tres películas de Tarkovsky, la primera de Conan el bárbaro (por la simbología reptiliana y la alegoría de la mente-colmena), alguna de Kim ki-duk y alguna de Gaspar Noé.
Samuel tiene la Playstation 4.
Clotilde tiene muchos libros empezados y unos pocos de lectura frecuente. Están subrayados, resaltados, dibujados, manchados de café. 1984 de Orwell, 9 cuentos de Salinger, It de Stephen King, Malinche (por un tal Edward Rosset), Deshoras de Cortázar, Las rubaiatas (una edición descatalogada de editorial Losada). Luego libros de arte de Taschen, todos usados, algunos sin tapa, todos comprados o canjeados en la misma feria.
Clotilde le dirá hoy a Samuel que lo deja, que aparte del sexo no tienen NADA en común.
Samuel le acaba de comprar un anillo. No es de oro ni de plata, pero para él es importante, una ofrenda para enlazarla a él...
("Quienes piden lógica a la vida se olvidan de que es un sueño. Los sueños no tienen lógica." -Amado Nervo.)
Diario de un vampiro
El diario de cada persona es lo mas personal de cada uno...
Jamás debes de leer lo que hay en un diario ajeno pues no sabes lo que veras
Esto que van a leer es una de las páginas de un diario que encontré en la casa de mi vecino
que se acaba de mudar, no se a donde…
En la oscuridad de la luna nueva he de despertar, sediento busco con quién saciar mi sed, te he visto y te acecho en cada movimiento que haces. Quiero saber más de ti, me paro detrás para olerte y tu das la vuelta, mas ya no estaré ahí.
Busco alterar tus sentidos la adrenalina te da un sabor especial . Estoy cerca de ti, escondido en las sombras de la noche, no trates de huir, no trates de gritar pues nadie puede oírte nadie, te salvará de tu destino.
Soy más rápido que tus pies.
No puedes escaparte.
Puedo oler tu miedo.
Estás lista para mi.
Mientras corres aterrorizada yo espero que llegues a mí.
Buscas con tu vista frente a ti y me logras ver, no te servirá de nada pues tus pies se paralizan, tu sangre también, debo hacerte correr para que tu flujo sanguíneo siga; te sigo de cerca esperando, te sigo muy cerca, tan cerca que puedo oír tus latidos, caes al suelo, es hora de que tu destino concluya, entierro mis colmillos en tu cuello.
Tanto esperar valió la pena.
Siento algo, alguien se acerca puedo olerlo mientras ella bañada en sangre sigue gritando me tengo que esfumar dentro de las sombras.
¡Han venido ayudarte!
¡Ja ja ja! Sabía que no funcionaría, no escaparás de mi, me lanzo sobre el cuello de él. Saca un arma y me hiere, pero no puede matarme, su fuerza es inútil no es nada comparado conmigo. Pero su instinto de héroe es más grande y no ha de desistir; es respetablemente estúpido diría yo.
¡Ah desgraciado! se siente más de una presencia, vienen en tu ayuda ¡Maldito con suerte! ¡Maldito héroe! ¡Me has quitado mi víctima! por eso te maldigo, me he de vengar, en mi siguiente despertar, tendré a alguien ya dispuesto, disfruta tu momento de gloria, respira tu último aliento pues no podrás escapar.
Si quieren saber mas sobre relatos de su autor “MOCOSO” pongan en el buscador por autor y pongan mi seudónimo (mocoso)
"Mientras la razón le obligaba a reconocer la existencia de Dios, la conciencia le hacía dudar de lo infinito de su bondad. No creía que un pecador como él pudiera encontrar misericordia. Él no había sido arrastrado hacia él error: la ignorancia no le podía proporcionar ninguna excusa. Había visto el vicio en sus verdaderos colores. Antes de cometer aquellos crímenes, había medido escrupulosamente su peso; y no obstante, los había cometido."
(Matthew G. Lewis, El monje)
Deberia de haber una opcion de esconder hilos porque este hilo es muy largo y me tardo mas scrolleando para evitarlo
>>47
A lo mejor lo hacemos más breve si al escribir los relatos lo hacemos sin espacio entre los renglones. También podríamos pensar un hilo de microrelatos y dejar este hilo para relatos de mayor extensión. Por cierto, la historia de Clotilde y los duendes quizá pueda continuarla en un hilo propio...
Lo sabían los tres.
Ella era la compañera de Kafka.
Kafka la había soñado.
Lo sabían los tres.
Él era amigo de Kafka.
Kafka lo había soñado.
Lo sabían los tres.
La mujer le dijo al amigo:
Quiero que esta noche me ames.
Lo sabían los tres.
El hombre contestó: Si pecamos, Kafka dejará de soñarnos.
Uno lo supo.
No había nadie más en la tierra.
Kafka se dijo:
Ahora que se fueron los dos, he quedado solo.
Dejaré de soñarme.
Eran jóvenes y despreocupados hasta que él preguntó la hora.
-Las once
-Chúpalo entonce
Y desde entonces se aman. Fin.
Te pasaste la vida buscando amor de otra gente, buscando a quién querer… y recién al final de esa pinche vida tuya te diste cuenta que en ningún momento de la misma se te ocurrió considerar quererte a vos misma…
¡Esa es la historieta más triste de todas, chabona!
La hija del diablo
Hola, mi nombre es Camila y tengo 16 años, la verdad es que viví con gente de carne y hueso hasta los trece años, pero durante estos tres y los que me quedan de vida voy a vivir en la oscuridad, en espera de que algun día llegue alguien o algo que me saque de aquí.
Comenzaré por contarles como llegué donde me encuentro, resulta que mi madre fue soltera y yo nunca conocí a mi padre y ella tampoco quiso hablarme algo de él, solo esquivaba mis preguntas diciéndome “no te gustaría saberlo” y reía, solo logré obtener su nombre, antes que me dijera que había fallecido.
El día 17 de mayo, un día antes de mi cumpleaños, se me ocurrió salir a dar una vuelta con mis amigas a la higuera del cementerio, a ellas les pareció genial y me acompañaron, llegamos a la higuera pero esta ya había sido ocupada, por otros chicos que estaban haciendo una sesión espiritista, a nosotras nos pareció atractivo quedarnos a mirar, ellos nos invitaron a formar parte y aceptamos de buena gana.
La sesión al principio fue un chiste, todo el tiempo eran risas y mas risas, una de las chicas del otro grupo preguntó si conocíamos a algún muerto para convocar su espíritu, después de darle varias vueltas a mi cabeza decidí dar el nombre de mi padre, al grupo le pareció bien y empezamos a llamarlo.
Paso un buen rato y no sucedía nada, cuando de repente... la aguja comenzó a moverse de un lado al otro, estaba como loca, luego empezó a girar en círculos, todos los que estábamos ahí no sabíamos que hacer, luego uno de los presentes me dijo que le dijera algo porque era mi padre, la verdad a mi no se me ocurría nada y le dije “ Muéstrate”... nunca debería haber dicho eso...
La higuera en donde estábamos empezó a agitarse y desde la copa del árbol, se podía divisar una sombra muy rara esta comenzó a bajar y ya luego se podía divisar mucho mejor, era una especie de dragón con forma de hombre, todos los que estábamos ahí entramos en pánico, no sabíamos que hacer, si correr, si gritar o solamente quedarnos quietos como estatuas; algunos entraron en trance, otros simplemente comenzaron a arrojarle piedras, lástima que ninguna le hacía daño. La bestia seguía caminando en dirección hacia a mi, yo estaba paralizada, todo mi cuerpo temblaba, mis manos estaban sudorosas, creo que eso era el verdadero miedo, la bestia cada vez se acercaba más y más, cuando ya estaba frente a mi cara, soltó una carcajada horrenda, que dejo en mis oídos un pequeño pito, mi cuerpo aun no recobraba el movimiento, estaba estático, yo solo quería gritar, quería por fin librarme del terror que me embargaba, pero no podía.
Todo el grupo miraba a la bestia, una de mis amigas comenzó a rezar, y el resto la siguió, la bestia se volvió hacia ellos y los arrojó lejos, al ver esto ya sabía con quién me enfrentaba, era ni más ni menos que lucifer...
El demonio nuevamente se acercó donde mi y me dijo...”¿¿Querías conocer a tú padre??, pues aquí está”, al escuchar esto, me desvanecí y desperté en este lugar horrible donde solo reina la oscuridad, y la única luz que veo es la de mi alma, que sigue viva en las tinieblas.
Solo me queda pedir...AYUDA!!!
Er desagradó al Señor, y el Señor lo hizo morir.
Judá dijo entonces a Onán: «Unete a la viuda de Er, para cumplir con tus deberes de cuñado y asegurar una descendencia a tu hermano».
Pero Onán, sabiendo que la descendencia no le pertenecería, cada vez que se unía con ella, derramaba la semilla en la tierra para evitar que hermano tuviera una descendencia.
Su manera de proceder desagradó al Señor, que lo hizo morir también a él.
Sinfonía de Amor
De nuevo otra noche en la que encerrado en su habitación con las luces apagadas, acostado mirando hacia el techo, tratando de olvidar su inseparable soledad, hacia meses en que la vida había dado un batazo a su corazón y lo había dejado así tal como esta ahora sin ganas de mas, noqueado inmóvil.
Leander un hombre dedicado a la música, excelente violinista había alcanzado llegar a tocar en grandes escenarios hasta llegar a concretar tocar con la Sinfónica de Buenos Aires donde conoció a Aurora quien se encargaba del piano, aquel piano que daba vida en cuanto sus dedos comenzaban a tocar las teclas.
Leander con su timidez, con su espíritu musical, con el misticismo que se liberaba en las notas que proporcionaba su violín, con su porte galante y formal había despertado la atención de Aurora una joven amable, profunda con escencia musical que se dejaba escuchar en cuanto tocaba el piano.
No había duda el destino había decidido que estos 2 jóvenes se encontraran, Leander descubrió que Aurora era la mujer ideal en su vida, aquella que trazaría un amor profundo en su corazón y que compartía el significado musical. Mientras que Aurora veía en Leander un joven místico, sensible, aquel hombre que haría llenar su vida de dulzura y de amor. Eran el uno para el otro y ellos no desaprovecharon la oportunidad de amor que la vida les otorgaba. Compartieron sueños, ilusiones, esperanzas, detalles, música y amor.
Un año había transcurrido en el que los dos habían pasado el mejor tiempo de su vida, un año juntos, un año había pasado en el que habían decidido compartir sus vidas.
Todo era felicidad el amor y la música eran los ingredientes principales que reinaban en su vida. Todas las noches su casa se convertía en un escenario donde despegaban aquellos sonidos fascinantes esa combinación de piano y violín era mágico, asombroso e increíble.
Pero el destino es cruel y Leander no sabía lo que le pronosticaba su futuro. Nada es para siempre, incluso ese amor.
Una noche Aurora tuvo que salir alrededor de las 8 de la noche mientras Leander estaba concentrado en una muy interesante lectura. Transcurrieron varios minutos, cuando un tumulto de ruido estruenduroso interrumpió la lectura de Leander, se asomo por la ventana y miro varias patrullas y ambulancias así como un buen numero de personas amontonadas, fue cuando su preocupación empezó pues se dio cuenta de que Aurora no había vuelto, así que decidió salir y percatarse de lo que había sucedido.
En cuanto salió de su casa su vecino angustiado le informo que Aurora había sido atropellada y que la llevaron en una ambulancia. Leander tomo el coche y partió directo al hospital donde según su vecino la habían llevado.
Durante el camino su preocupación aumentaba, llegando al hospital pregunto por el estado de Aurora, el doctor encargado de la atención de ella le informo que estaba grave que el impacto que había recibido en la cabeza había sido bastante fuerte y la había dejado en estado de coma y que era muy complicado prometer alguna esperanza de vida.
Leander desconsolado se sentó en los sillones de aquel hospital bajo la mirada y las lágrimas cayeron, su vida estaba arruinada sin ella, volvería a ser aquel tipo solo, el amor por Aurora era verdadero, la amo como nunca imagino amar a nadie.
Los días transcurrieron Leander no se separaba del hospital y mucho menos de aquella cama en la que ella se postraba sus esperanzas eran grandes un amor como el de ellos no podía terminar así.
La noche en la que se cumplía una semana de aquel accidente Leander estaba hincado tomando la mano de Aurora llorando y diciendo palabras de amor, de pronto la mano de Aurora se movió, sus ojos se abrieron y Leander sin dudarlo la abrazo, los doctores llegaron y se sorprendieron de que ella despertara, sacaron a Leander de ahí y comenzaron a vigilar todo, se dieron cuenta de que todo seguía mal.
Informaron a Leander de que Aurora estaba aun delicada por lo que aun no podía salir del hospital, Leander no tomo importancia ya que sabia muy en su interior de que ella estaría bien y que pronto estarían en casa muy felices como siempre.
Tres días después de la reacción de Aurora todo parecía ir perfectamente aunque los doctores informaban que estaba en un estado complicado aun. Llego la noche, eran aproximadamente las 10 de la noche cuando los doctores empezaron a correr hacia la habitación de Aurora, Leander sintió latir su corazón, sentía que se le escapaba su gran amor, temía lo peor pero trataba de tranquilizarle, cosa que no funcionó.
Leander estaba desesperado deseaba que el doctor saliera y le notificara que todo estaba bien. Después unos largos y angustiantes minutos el doctor salió y con cara seria le informo que las cosas se habían complicado e hicieron todo lo posible pero no hubo solución. Aurora había muerto.
Leander quedo perplejo ante la noticia, su interior se había equivocado y Aurora nunca mas volvería a estar con el, las lágrimas empezaron a brotar mas abundantemente que en los días atrás ya no le importaba mas y empezó a llorar desconsoladamente ya no le importaba la gente que estaba alrededor tan solo sentía el dolor que se clavo en su corazón.
Minutos después el doctor regreso y le menciono que habían encontrado una hoja de papel que parecía ser una carta, estaba justo debajo de la almohada de la habitación donde se encontraba Aurora.
Leander no quiso abrirla tan solo quería llorar no quería saber nada de cartas ni de nada, así que salió del hospital subió a su carro y partió a su casa al entrar a su casa miro el piano, se acerco y dejo la carta ahí sobre las teclas mientras lloraba, decidió no hacer mas y fue a su habitación lloro y su impotencia ante las circunstancias se dejo ver, tomo una sabana y se dirigió de nuevo al piano lo contemplo y decidió cubrir el piano, no quería verlo mas.
Los meses transcurrieron definitivamente el joven soñador y optimista se dejo caer, tan solo renuncio a todo, la Sinfónica y su sueños de trascender a algo mayor se vinieron abajo, no era nada sin Aurora, las noches eran insoportables no podía dormir aun había ecos de aquel piano, parecía que Aurora seguía ahí tocando para el.
Las personas que lo conocían estaban convencidos de que Leander estaba entrando en un estado de demencia, por mas que lo quisieron ayudar el no quería ayuda de nadie, tan solo pedía a gritos que Aurora regresara con el.
Renuncio a todo, la música decidió omitirla y no saber más de nada.
Ahora veámoslo ahí tirado en su cama mirando hacia el techo las lagrimas comienzan a brotar mientras recuerda las melodías, los sentimientos, los sueños y lo mas importante mientras recuerda a Aurora, cierra los ojos para contemplar por mas tiempo la imagen que seguía intacta de aquella mujer sonriente que había dado luz a su vida, Leander de nuevo vuelve a escuchar la melodía de aquel piano ahora es mas real que nunca inmediatamente abre los ojos y se incorpora de la cama, titubea en su decisión pero se decide y va hacia el piano. No hay nada, tan solo la sabana que había puesto el mismo para no ver más ese recuerdo. Decide dañarse el mismo quitando esa sabana, es sorprendente lo que encuentra: es la carta que había dejado encima de las teclas el día en que Aurora había muerto y que había olvidado leer. Leander avanza unos pasos para tomar la carta en sus manos, la sujeta fuertemente mientras corren mas lagrimas y la abre lentamente para encontrarse con las líneas que había escrito Aurora, sin duda es su letra, comienza a leer:
QUERIDO LEANDER:
Cuando haya muerto, llórame tan sólo
mientras escuches la melodía triste,
anunciadora al mundo de mi fuga
del mundo vil hacia la obscuridad.
Y no evoques, si lees este texto, ni
la mano que la escribe, pues te quiero
tanto que hasta tu olvido prefiriera
a saber que te amarga mi memoria.
Pero si acaso miras estas letras
cuando la muerte de ti me separe,
ni siquiera mi pobre nombre digas
y que tu amor conmigo se olvide
Para que el dolor en tu llorar no indague
y se burle de ti por el ausente.
Leander termino de leer esto y estaba destrozado esas palabras carcomieron el dolido corazón que tenia, se dejo caer de rodillas grito mas fuerte que nunca -¡Aurora te amo! Inmediatamente después de que acabo de decir esto volvió aquella melodía de piano, Leander sintió que Aurora estaba con el y que era tiempo de estar de nuevo con ella, fue directamente por su violín que había guardado en un cofre en su habitación… la música aumentaba de intensidad, Leander saco del cofre su violín pero para su sorpresa en ese mismo cofre encontró una daga, la tomo y la metió en la bolsa trasera de su pantalón, corrió directo hacia donde estaba el piano comenzó a tocar su violín de nuevo ese hermoso sonido de la mezcla de su violín con el piano, estaba concentrado en esa melodía, habían traspasado el sonido, en verdad ese sonido era el mas hermoso que jamás se había escuchado, de pronto después de haber tocado durante un largo rato, la música termino.
Leander tomo la daga, sin pensarlo dijo en voz alta: -Esto es lo más hermoso que me ha pasado no pienso dejarlo así, Te amo tanto que quiero estar contigo siempre- se hinco alzo la mano con la daga en ella y con fuerza hizo que esa daga se clavara directo y profundo a su corazón. Leander quedo tirado junto al piano con la carta en la mano y con el sueño de una eternidad llena de un gran amor.
Leander murió, la melodía y la sangre de su corazón lleno la habitación.
El mundo externo
Nacido sin brazos, él fue un pintor que dibujaba sólo al viento.
Sosteniendo el pincel con la boca, sobre el lienzo
dibujó vientos que nadie conocía.
La gente no podía discernir la forma de sus dibujos.
Pero su pincel fluía muy muy lejos y luego de regreso,
emitiendo un sonido igual a la suave respiración de un niño.
Si un dibujo no tenía éxito,
se subía a un acantilado y abría la boca durante meses.
Para encontrar un color jamás visto antes
dejaba caer un volcán negro en el interior de sus ojos.
Lo que solía dibujar eran
las manos que había dejado en el vientre materno.
Kim Kyung Ju.
El mal nos mira
–Papá, tengo miedo – exclamó, jadeante, el niño. Sus ojos dilatados y sudorosos, por la gripe, señalaban el armario –. El cuco nos está mirando…
–No seas tonto, Jona, no existe tal cosa como el cuco o el hombre de la bolsa. Solo son cuentos de la abuela para asustar a niños como vos – explicó el padre, mientras acomodaba las cobijas y daba una mirada fugaz alrededor de la habitación.
El niño esbozó, inseguro, una sonrisa.
El padre se levantó del borde de la cama y caminó hacia el armario. A mitad de camino, el chico le gritó:
–Está bien, papá. Te creo –. El padre sonrió –. Solo, hoy, no apagues la luz, por favor.
–De acuerdo.
Jonatán tosió y se retrepó en la cama. Dio una cándida mirada a su papá, se excusó con un bostezo y cayó, profundamente, dormido. La gripe lo había golpeado fuerte, sus defensas aún estaban bajas. Necesitaba descansar.
El padre dio un último vistazo al armario, pero sin acercarse lo suficiente ya que negaba la posibilidad de que alguien se encontrase oculto dentro de tan pequeño espacio. ‘No seas iluso, no hay nadie en el ropero.’
Al mirar atrás y ver a su hijo ya dormido, decidió apagar las luces y esta vez, con mera intención, cerrar también la puerta, imposibilitando que la luz del pasillo se colase en la habitación. ‘Lo siento, Jona, pero ya estás grande.’
El padre meditó aquel pensamiento por un instante, pero click, sonó el interruptor, seguido del chirrido de la puerta de madera.
Ya en el corredor, Martín alzó la vista y se mantuvo pensativo; observaba una foto familiar que colgaba de un recuadro de marcos dorados sobre el muro color durazno. Era un pedazo de su vida, nítidamente capturado por el fotógrafo de la familia el día en que Jona terminó la infantería (apodo que solía utilizar para mencionar el pre-escolar); su hijo en el centro, su mujer a la derecha y él a la izquierda, todos con grandes sonrisas impregnadas en el rostro. Había sido un día muy placentero y memorable, el comienzo de una nueva etapa; el reemplazo de la bolsa por la mochila, el enterito verde por el guardapolvo…
–Mierda, crecen tan rápido… – se dijo en un sollozo, y emprendió la marcha. Salió del corredor y el sonido de sus pasos se fue apaciguando hasta desaparecer en las lejanías de la cocina, dejando a Jonatán indefenso, sumergido entre las sombras de su cuarto.
Al día siguiente, Martín fue sacado fuera de la cama por el desgarrador grito de su mujer.
Corrió en calzoncillos, fatuo hacia ella. Sus ojos lagrimeaban al intentar enfocar la vista clara en el camino. Su cabeza aún se encontraba sobre las almohadas.
Al cabo de unos segundos, el lloriqueo desenfrenado de su mujer cesó de golpe, y logró despertarse por completo. Ella se encontraba de rodillas frente a la puerta de la habitación de Jona, con los pelos enredados y el cuerpo bañado en lágrimas. Parecía abandonada de sí misma.
– ¡Mi vida! , ¿¡Qué sucede, qué te pasa!?
La mujer gimió para tragar saliva y contestar pero solo agachó la cabeza y se sentó sobre sus piernas. El cabello enmarañado le cubría el rostro y, con lo que pareció ser su última fuerza, alzó la mano, y con la punta de su dedo índice, empujó la puerta de la habitación.
Jonatán colgaba del ventilador, con ambas piernas mutiladas y una soga atada al cuello. El cuerpo se balanceaba, trémulo, hacia adelante y hacia atrás. Una de las extremidades descansaba sobre el borde de la cama, donde el padre había estado sentado la noche anterior, segundos antes de haberle prometido a su hijo de siete años que no apagaría las luces.
–Jo… - balbuceó Martín, intentando articular palabra, pero no pudo.
De inmediato, se abalanzó dentro de la habitación, tomó a su hijo de las caderas y lo descolgó sin delicadeza. Lo llevó sobre la cama. Lo abofeteó en el rostro:
– ¡Despertáte, Jona, despertáte!...por lo que más quieras, ¡despertáte!
No hubo respuesta.
No había demostrado signos vitales en absoluto; Jona ya llevaba avanzadas horas como adorno de la muerte.
El padre rompió a llorar sobre el cuerpo mutilado de su hijo y desvió la mirada hacia la izquierda, con un movimiento lento y entumecido.
El ropero estaba abierto.
Leandro R.P (Enfermo_Hablando)
Marcel tiene una barba de un negro rojizo, muy perfumada. A cada movimiento de su cabeza, yo respiraba una bocada de perfume. Y de pronto me desperté de un sueño de seis años...
Si no me equivoco, si todos los signos que se acumulan son precursores de una nueva conmoción en mi vida, bueno, tengo miedo. No es que mi vida sea rica, ni densa, ni preciosa. Pero tengo miedo de lo que va a nacer, de lo que va a apoderarse de mí, ¿y arrastrarme a dónde? ¿Será necesario una vez más que me vaya, que deje todo lo proyectado, mis investigaciones, mi libro? ¿Me despertaré dentro de algunos meses, dentro de algunos años, roto, decepcionado, en medio de nuevas ruinas?
Quisiera ver claro en mí antes de que sea demasiado tarde.
-La Nausa de J.P Sartre.
Sangre Agridulce
Noches de verano, como todas las demás, calurosas y húmedas, misteriosos con un dejo terrorífico, parques inmensos rodeados por una espesa bruma, se es imposible poder ver algo a través de ella, los grillos cantan, los monjes se dan a conocer a través de sus sombríos cánticos.
La hermosa vampiresa sale de su refugio e busca de sangre humana, de sangre oxigenada, esta lista para una nueva matanza, esta lista para clavar sus delicados colmillos en el cuello de un hombre. Se la ve de lejos, bella e irresistible, cabello castaño, todo a su alrededor parece ser de un colorido marrón claro. Lleva, misteriosamente, un cuchillo en mano, el cual se ve sangriento y oxidado. Sus labios, también llenos de sangre, saborea pasando su lengua por ellos.
Se interna en el bosque como un alma en pena arrastrando sus pies como si tuviera cadenas, camina silenciosamente en busca de alguna aldea perdida en la espesura, hasta que al fin la encuentra, pero se ha dado cuenta de que alguien mas ha usurpado su territorio. Atractivo vampiro, cabello negro y ojos azules, colmillos afilados y repletos de sangre, con una parada derecha y su sobretodo negro mira a la vampiresa de una manera extraña.
Ofendida y llena de rabia se acerca al vampiro desconocido con la intención de acabar totalmente con su vida, pero este se adelanta y muerde delicadamente su cuello, ella se deja, sabe que es una muestra de dulzura, sabe que es una muestra de atracción, por esa razón ella le devuelve el mordisco, llenos de sangre, sus manos y bocas, se besan apasionadamente, dispuestos a matar juntos, a miles de humanos indefensos e ingenuos.
Ya terminada su casería, la joven vuelve al castillo, y el joven va a donde lo lleva la suave brisa de verano, por su cara, se nota que esta satisfecho con la noche que pasó, pero algo confundido, sabiendo que la mayoría de los vampiros son bisexuales, se encontraba enamorado de su amigo.
Esa misma madrugada, en el castillo, la vampiresa, sorprendida, se encontró con una vieja amiga, la psicópata suicida y asesina, la señorita Helena Wats, quien se mecía en sí misma, con la mirada perdida y sus muñecas cortadas, sangrando sin parar, riendo de nada, con unos cinco cuchillos a su alrededor. Helena se puso de pie algo tambaleante y le dio un gran abrazo a su amiga, esta le respondió con una mordida en su cuello, la cual pareció disfrutar. La llevó a su cuarto para que descansara esa noche, un cuarto sombrío, gótico y antiguo.
Helena estaba deprimida esa noche por eso se hizo más cortadas esa noche, sintiendo el dolor, pero a la vez gozándolo. Sintió un golpe en la puerta, un golpe seco, alguien tratando de entrar a su habitación, sin vergüenza ni miedo a nada, dejo los grilletes sobre la cama ensangrentada y abrió la puerta, se trataba del joven vampiro, quien, al parecer, había entrado al castillo y se había confundido de cuarto.
La dulce niña necesitaba ver más sangre, más, necesitaba matar, en su cuerpo ya no había más espacio para una cortada más, por ello, de forma repentina, tomó un cuchillo de la mesa y comenzó a clavárselo al hermoso vampiro, quién, sin otra escapatoria y con sus ojos abiertos, cayó de rodillas dando un gemido de dolor y despedida. En ese preciso momento apareció, Christin, la vampiresa, quien había escuchado ruidos extraños.
Al ver al amor de su vida muerto en el piso, rompió en llantos, lágrimas de sangre, se escondía bajo sus brazos, tratando de recuperar a su dulce seis seis seis, pero era imposible, ya había incinerado parte de su corazón. La sangre corría por el suelo, pero no era suficiente, la joven suicida clavo con el mismo cuchillo a la espalda de la vampiresa, esta agradecida, queriéndose ir al infierno con su amado, cayó boca abajo con una cruz sangrienta en sus manos.
La sangre amarga del vampiro y la dulce de la vampiresa se unieron, se mezclaron, era sangre agridulce, de la cual la niña psicópata se alimento, riendo, satisfecha por su nuevo asesinato.
¿Como?, ¿cuando?, ¿Por qué? No se sabe, pero sucede, la muerte es algo incontenible, el móvil del ser humano, su mayor miedo. Pero no solo nosotros, simples mortales con raciocinio le tememos:
Era una pequeña mansión que aunque ya vieja la conservan, era un patrimonio de la humanidad. Si Entráramos y paseáramos por las habitaciones, sería como si pasáramos de una época a otra, ya que cada una estaba construida con un estilo distinto, y cada una con su historia, pero la sala más grande, era la que daba al jardín era de un interesante estilo gótico, con grandes ventanales terminados en arcos y con un monumental claustro.
En el jardín había una gran cantidad de ahuehuetes y otras plantas; pero lo que llama la atención es un árbol que resalta por su tamaño y anchura.
Si nos acercáramos nos percataremos que su corteza está quemada. He aquí una historia. La historia de un personaje del cual nunca se supo su nombre, pero siempre iba a visitar este árbol, lo admiraba como si lo estudiara, se subía a sus ramas, largo rato pasaba hay. Lo extraño era que sus visitas eran en la madrugada.
En aquella época la casa estaba habitada por un hombre de de nombre M… y apellido A… que al ver al sujeto salió a su encuentro para echarlo, pero este con gran fuerza lo arrojó. Al contemplar a este visitante observó sangre en sus labios, colmillos en su boca, expresión de dolor en su rostro y lagrimas en sus ojos. Comprendió que era un vampiro y que sufría. Sus pensamientos decía, ¿Qué hace este ser dedicado satisfacer sus tenebrosas necesidades dando muerte y aspirando la vida? Pero sobre todo se sintió amedrentado, temeroso. Luego de eso lo vio varias noches más. Ya no decía nada solo lo miraba. Al verlo, se llenaba con una profunda ansiedad y angustia. No dormía, ya que esto podría ser fatal. Pero el vampiro no tenia interés en su sangre y el señor A… pareció entenderlo.
Le intrigaba saber que era lo que aquel ser hacia así que, obsesionado con su extraño visitante se decidió a interrogarlo. Pero al encontrarse a su lado y verlo no pudo hacer más que observarlo. Y así pasaron varias noches hasta que se atrevió a preguntarle, o tal vez hasta que El lo dejó.
Su primera pregunta fue ¿Me matarás? Pero a Él, eso no le interesaba. Por que ya no era necesario alimentarse.
Había vivido ya varios siglos. En un principio era humano, como todos los actuales vampiros, y como buen humano fue su temor a la muerte lo que lo orilló a aceptar esa macabra seducción de convertirse en un no vivo, o más bien en un no muerto. Existió con todos los lujos que proporcionan la sangre. Sació todos sus vicios. Pero ahora su cuerpo estaba casi desecho. Por que la hora de morir había llegado. Por que los vampiros también mueren, de alguna forma rara pero llegan a su ocaso. Pero su miedo aun seguía, morir era terrible.
Ahora esperaba el momento, Para salvar su alma, el alma de un vampiro.
De repente le brillaron los ojos, miro fijamente a M… A…, quien como un cachorro sedado no se movió, no hizo seña alguno, no podía. Su angustia y ansiedad habían desaparecido, estaba hipnotizado. De repente, M…A…, movido por fuerza aunque vieja todavía irresistible, mordió salvajemente al vampiro. El vampiro cayó al suelo, quemando la corteza del árbol al tocarla.
Al otro día el señor M… A…no se levanto, solo durmió hasta que dieron las diez de la noche entonces salió, a alimentarse de sangre humana. Era el mismo cuerpo, era el mismo miedo, pero otra alma, era el alma de su vsitante: alma de vampiro.
La condesa sangrienta
“Han habido dos metamorfosis: su vestido blanco, ahora es rojo y donde hubo una muchacha hay un cadáver.”
La condesa sangrienta
El camino está nevado, y la sombría dama arrebujada en sus pieles dentro de la carroza se hastía. De repente formula el nombre de alguna muchacha de su séquito. Traen a la nombrada: la condesa la muerde frenética y le clava agujas. Poco después el cortejo abandona en la nieve a una joven herida y continúa el viaje. Pero como vuelve a detenerse, la niña herida huye, es perseguida, apresada y reintroducida en la carroza, que prosigue andando aun cuando vuelve a detenerse pues la condesa acaba de pedir agua helada. Ahora la muchacha está desnuda y parada en la nieve. Es de noche. La rodea un círculo de antorchas sostenidas por lacayos impasibles. Vierten el agua sobre su cuerpo y el agua se vuelve hielo. (La condesa contempla desde el interior de la carroza). Hay un leve gesto final de la muchacha por acercarse más a las antorchas, de donde emana el único calor. Le arrojan más agua y ya se queda, para siempre de pie, erguida, muerta.
Génesis de un ángel
Era solo una mañana mas llegaba al colegio siempre… con la esperanza de verla, aun no me cabía en la mente como ella, la chica mas bella de todo el liceo no le prestaba atención a ningún otro chico, no se relacionaba con ninguna otra chica, ni siquiera paresia tener vida social, aun así yo la amaba mas que a nada.
Una mañana llegue mas temprano de lo común al liceo y la escuche hablando con su hermana mayor (que también estudiaba en el mismo colegio). Ellas no se percataron de mi presencia porque yo estaba detrás de una ventana cerrada… talvez algunos me traten de fisgón, pero que mas podía yo hacer si ella me mueve el piso, la cuestión es que claramente escuche como ella le decir a su hermana que tenia un problema y cuando su hermana le pregunto cual era este ella le respondió que estaba enamorada de un chico, pero no de cualquier chico estaba enamorada de mi esto me lleno de gran alegría, aunque me empecé a preguntar cual es problema en que se enamorara de mi… entonces su hermana continuo diciéndole que si acaso se había vuelto loca, lo que me extraño mas aunque mas me extraño lo que dijo a continuación, ella le dijo a su hermana que ya sabia que no se podía enamorar de un chico normal que su lugar estaba entre los tronos, esto me extraño me empecé a preguntar ¿que es un trono?... lamentablemente tocaron la campana y tuve que entrar al aula de clases ella estudiaba con migo y me di cuenta que ni siquiera si volteo una vez a mirarme, eso me extraño para estar enamorada de mi no paresia importarle mucho.
Esa tarde no hice más que investigar acerca de los tronos y descubrí que eran una clase de Ángeles los que ocupaban el 3er nivel de jerarquía entre los ángeles… me pareció extraño como Luz y su hermana podrían aspirar relacionarse con los ángeles.
Una semana después llego el día de mi cumpleaños estaba cumpliendo 15 esa noche me estaba ocultando de todo el mundo no quería que el bullicio de la ciudad me afectara y mientras me adentre en el cementerio de la ciudad sentí que algo me llamaba hacia la capilla entonces coji rumbo hacia ella, al llega a la capilla la vi era ella, Luz pero que hacia en ese lugar? Entonces se me arrojo encima me abraso, me beso y me dijo alfil podremos estar juntos, me pidió que la acompañara y yo embobado la seguí dentro de la capilla estaba su hermana y otras personas que nunca había visto en mi vida además de un hombre que tenia la apariencia de un cura. El cura me pidió que me le acercara y me pregunto que si sabia que era lo que debía hacer allí y le respondí que no entonces me dijo te lo explicare, a continuación me dijo que el era un serafín el mas alto rango entre los Ángeles y que yo había sido escogido para ser uno de los soldados de la luz aunque yo seria el trono que habría de representar las sombras yo seria el Trono de la Oscuridad entonces me hizo la señal de la cruz y sentí como una energía llenaba mi cuerpo y al voltear a ver a los demás vi como todos tenían alas incluyéndome.
Ahora mi finalidad es esperar el día que Ásale renazca para ser yo quien lo elimine.
Yo ejercía entonces la medicina, en Humahuaca. Una tarde me trajeron un niño descalabrado: Se había caído por el precipicio de un cerro.
Cuando, para revisarlo, le quité el poncho, vi dos alas. Las examiné: estaban sanas. Apenas el niño pudo hablar le pregunté:
- ¿Por qué no volaste m'hijo, al sentirte caer?
- ¿Volar? -me dijo- ¿Volar, para que la gente se ría de mí?
(Enrique Ánderson Imbert)
Fantasmas en la cuna
Agosto 1988, mi madre acababa de dar a luz a mi hermana, por aquel entonces yo tenía 13 años. Después de un día de visitas, decidí quedarme a pasar la noche con ellas. Eran las 4 de la madrugada y todo estaba muy tranquilo. Yo dormía en un sofá-cama, al lado de la cuna de mi hermana. De repente noté como una presencia extraña, difícil de explicar. Levanté la cabeza y ví dos sombras alrededor de la cuna, asomandose a mirar a mi hermana. Ellos se giraron haciéndome un gesto cariñoso de que no dijera nada. Al momento se fueron desplazando hacia la puerta, miré a mi madre y me dí cuenta que estaba despierta y veía lo mismo que yo... Esas sombras tenían dueño, eran mis abuelos, que fallecieron antes de nacer mi hermana y quisieron hacerle una visita. Yo sé que desde entonces ellos la vigilan y la protegen para que no le pase nada malo.
Unos jóvenes homosexuales empezaron (como broma) una banda de covers del Indio Solari. Por esta vez Porco Rex / se va dejar / enterrar la batata era su verso adaptado más celebrado. Miles de fans se apretujaban y coreaban salvajemente el elocuente estribillo. No a la manera de Kokú.
Vladimir Lúpin, el presidente de un país vecino, confeso fan de la música del calvo Indio, encontró ofensiva a la agrupación "Sémen-Up y su chiquito con ricota" y ordenó la invasión y el fusilamiento de los territorios argelinos (para des-sodomizar la retórica y lírica libertaria y cocainómana de nuestro querido dolape).
Una lluvia de bombas racimo con Resistol inundó el aire de cremación, ceniza, aroma a salchipapas y gritos. Lío, tiro y cosha golda. Los escuadrones guaraníes, calzados con alpargatas o descalzados, apertrechados con cuchillos Tramontina y machetes (en el mejor de los casos) hallaron su fin al toparse con los guerreros charrúas con rifles termonucleares furr00b350. Esta tecnología licuaba las células y estampaba las siluetas de las personas a paredes y otras estructuras edilicias, como sombras de sangre.
El Indio Solari pidió mediante un críptico mensaje, fiel a su poética de la noche, el vino y la joda que se dejen de joder. La contestación fue un tuit de Vladimir Lupin, con la letra del tema "Ya morí", de Los Ratones Perestroikos.
La contienda por Discord
En la Plaza Resistol se enfrentó la facción "Unidos por la discordia", a favor del uso del Discord contra los jóvenes "Vampires anti-fascistas y anti-discord". El escuadrón anti-disturbios "Peppa Pig" rocío con agua sucia y microplásticos a las juventudes en pugna y luego los tiroteó proyectiles de goma y microplástico esvástico, que imprimía en la piel de las víctimas pequeñas y dolorosas cruces gamadas.
Finalmente el líder de uno de los bandos gritó "Vamos ganando", pero todos sus compañeros habían perecido empalados por la brigada "Furros por la sodomización latina".
La mentira se impuso durante un tiempo y la disgregación de todos los sitios de internet se consumó. Todo el mundo estaba en Discord, que era una versión aburrida de Chaturbate o algo así. Yo no sé lo que es porque no lo uso y me importa un comino.
A mí me gusta el Tangananica, pero hay quienes prefieren el Tangananá.
Atormentado por una sed espiritual,
erraba yo por un tenebroso desierto,
y en la encrucijada de un sendero
se me apareció un serafín de seis alas.
Con sus dedos, ligeros como un sueño, tocó mis pupilas
que se abrieron como las de un aguilucho alarmado;
tocó mis orejas, y éstas se
colmaron de ruidos y rumores,
y comprendí la arquitectura de los cielos
y el vuelo de los ángeles sobre las montañas
y la senda de miles de animales submarinos bajo las olas,
y el trabajo subterráneo de la planta que germina.
Y el ángel, inclinándose sobre mi boca,
me arrancó mi lengua pecadora,
la habladora de frivolidades y de mentiras,
y entre mis labios helados su mano ensangrentada
puso el dardo de la serpiente sabia.
Con su espada hendió mi pecho
y me arrancó el corazón palpitante,
y en mi pecho entreabierto hincó un ascua ardiente.
Como un cadáver, yo yacía en el desierto,
y la voz de Dios me llamó:
—levántate, profeta, mira, escucha,
que mi voluntad te inunde,
y recorriendo los mares y las tierras,
incendia con la Palabra los corazones de los hombres —.
PUSHKIN, Alexandr, El Profeta
Cositorto
Pasaron muchos años de la muerte de Homero, pero Disney estaba preparando La iliada y la odisea de Mickey en 4-D. La gente quería participar de alguna forma. Había cástings. Leonardo Cositorto, afamado estafador piramidal, vio la oportunidad y engrupió a miles de humanos crédulos que invirtieron sus ahorros en dólares. Querían participar de alguna manera ovejuna. Toda el agua va hacia el mar. Siempre se podía caer más. El esquema elucubrado por Ponzi no era nuevo. De hecho, no había nada nuevo bajo el sol y seguían tocando siempre la misma cantinela. Año tras año, montones de chorlitos y pichones caían en nuevas estafas de "La fe verdadera".
Los dioses Zuckedverg y John Pennon lo invitaron a un banquete, donde conoció a Yokai, la baisanette esposa de Pennon. Cegado por su lujuria y confiado por su astucia, el arrogante Cositorto cortejó con su voz de auto-tune a la potranca de élficas nalgas. Pero ella estaba programada por la lobotomía de los científicos de Wolfenstein y bullía en ella la delación. Y la felación, pero sólo para el pene marrón de John. John Pennon sabía que eso iba a pasar. Fue al balcón de su palacio olímpico, atrajo una nube y le dio forma de hembra baisanette. Ésta podía pasar por la verdadera, puesto que con un poco de magia ficcional, nada es imposible.
Cuestión que Cositorto volvió a insistir en su avance lujurioso y la criatura conjurada de una nube cedió y yació con el hábil delincuente de guante blanco. Que luego huyó.
La nube engendró a un monstruo llamado "Kentauro", que instaló un montón de pizzarías llamadas "Kentoky". Yo prefiero pizza Ugi's.
Los coitos extraviadores a ingente infortunio precipitan.
La memoria es un monstruo. Uno olvida, ella no. Simplemente archiva las cosas, las guarda, las esconde y las trae al recuerdo con voluntad propia. Se piensa que uno tiene una memoria... no es cierto... la memoria lo tiene a uno.
-IRVING, John, Una plegaria para Owen Meany
Los viejos carolos
Les jóvenes habían tomado el mundo. Odiaban el "dad rock" y no tocaban un instrumento musical por temor a convertirsecen dinosaurios empetrolados. En lugar de tal anacronismo, se insertaban auto-tuners en la garganta, para trapear robóticamente a cada instante.
Maki Gero, el vetusto científico que se convirtió a sí mismo en androide, se hinchó las bolas con esta juventud perdida que vivía triste y pajera mirando memes, hablando con lenguaje inclusivo y canturreando pavadas sobre motomamis. Maki Gero recordó la tenebrosa historia de Rip VanWinckle y conjuró un rayo ancianizador, que convertía a los jóvenes en viejos mustios, reaccionarios pero bastante putos. La batería de litio se descargaba pronto, era más económico energéticamente utilizar el rayo desintegrador, pero menos divertido. Los flamantes viejos, los recientes añejados, correteaban de modo tortugáceo a los amigues aliades, pito en mano, eyaculándoles sémen con polillas muertas, por toda la naftalina en sangre.
La desmemoria /4
CHICAGO está llena de fábricas. Hay fábricas hasta en pleno centro de la ciudad, en torno al edificio más alto del mundo. Chicago está llena de fábricas, Chicago está llena de obreros.
Al llegar al barrio de Heymarket, pido a mis amigos que me muestren el lugar donde fueron ahorcados, en 1886, aquellos obreros que el mundo entero saluda cada primero de mayo.
—Ha de ser por aquí -me dicen. Pero nadie sabe.
Ninguna estatua se ha erigido en memoria de los mártires de Chicago en la ciudad de Chicago. Ni estatua, ni monolito, ni placa de bronce, ni nada.
El primero de mayo es el único día verdaderamente universal de la humanidad entera, el único día donde coinciden todas las historias y todas las geografías, todas las lenguas y las religiones y las culturas del mundo; pero en los Estados Unidos, el primero de mayo es un día cualquiera. Ese día, la gente trabaja normalmente, y nadie, o casi nadie, recuerda que los derechos de la clase obrera no han brotado de la oreja de una cabra, ni de la mano de Dios o del amo.
Tras la inútil exploración de Heymarket, mis amigos me llevan a conocer la mejor librería de la ciudad. Y allí, por pura curiosidad, por pura casualidad, descubro un viejo cartel que está como esperándome, metido entre muchos otros carteles de cine y música rock.
El cartel reproduce un proverbio del África: Hasta que los leones tengan sus propios historiadores, las historias de cacería seguirán glorificando al cazador.
—GALEANO, Eduardo, El libro de los abrazos
Life in plastic
Luego de eras de bendición del plástico, El Vaticano comandado por el argen-títere Francisco decretó el título "Plastic Girl" para la Virgen María. Y su milagro fue re-escrito: Ahora Dios la había preñado de un retoño dúctil y multipropósito: el inmortal plástico, la materia más duradera heredada por los hombres, quienes creerán haberlo conjurado con la alquimia centurias después. Luego el microplástico usurpará los cuerpos humanos para extinguir el perecedero reino de la carne parlante y adicta a las pantallas decadentes. Su poderosa resistencia a la biodegradación pondrá a prueba a las hormigas, quienes desarrollarán una interesante técnica: Nacerán sin boca, sin sistema digestivo y sin cerebro. Su único interés será, durante las pocas horas de vida que les toque en gracia existir, tratar de perpetuar su silente especie.
[h1]Un gato y una rata[/i]
Amanecer en Manhattan. Con las primeras luces, inciertas todavía, cruza las últimas calles una prostituta negra que vuelve a su cuarto después de una noche de trabajo. Despeinada, ojerosa, el frío de la hora transfigura su borrachera en una estúpida lucidez, un ajado desdén del mundo. No ha salido del barrio en el que vive, por lo que no le queda mucho camino que recorrer. El paso es lento; podría estar retrocediendo; cualquier desvío podría disolver el tiempo en el espacio. Aunque en realidad desea dormir, en este punto ni siquiera lo recuerda. Hay muy poca gente afuera; los pocos que salen a esa hora (o los que no tienen de dónde salir) la conocen y por lo tanto no miran sus altísimos zapatos violeta, su falda estrecha con un largo tajo, ni los ojos que de cualquier modo no mirarían otros, vidriosos o blandos. Se trata de una calle angosta, un número cualquiera de calle, con casas viejas. Después viene un trecho de construcciones algo más modernas, pero en peores condiciones; comercios, escarpados contrafrentes de los que se desploman las escaleras de incendio. Pasando una esquina está el edificio donde duerme hasta la tarde, en una habitación alquilada que comparte con dos niños, sus hermanos. Pero antes, sucede algo: se ha formado un grupo de trasnochados, cinco o seis hombres en semicírculo en la vereda delante de una vidriera. La mujer se pregunta qué pueden estar mirando, que los ha vuelto figuras de una fotografía. Nada se mueve en ellos, ni siquiera el humo de un cigarrillo. Avanza mirándolos, y como si fueran el punto que necesitaba para enganchar el hilo del cual sostenerse, su paso se vuelve más liviano. Cuando llega, los hombres no la miran. Necesita unos instantes para comprender de qué se trata. Están frente a un negocio abandonado. Detrás de la vidriera sucia hay una penumbra, y en ella cajas polvorientas y escombros. Pero además hay un gato, y frente a él, de espaldas al vidrio, una rata. Ambos animales se miran sin moverse, la caza ha llegado a su fin, y la víctima no tiene escape. El gato tensa con sublime parsimonia todos sus nervios. Los espectadores se han vuelto seres de piedra, ya no estatuas: planetas, el frío mismo del universo… La prostituta golpea la vidriera con la cartera, el gato se distrae una fracción de segundo y eso le basta a la rata para escaparse. Los hombres despiertan de la contemplación, miran con disgusto a la negra cómplice, un borracho la escupe, dos la siguen… antes de que termine de desvanecerse la oscuridad tendrá lugar algún hecho de violencia.
-AIRA, César.
Perdiendo velocidad
Tego se hizo unos huevos revueltos, pero cuando finalmente se sentó a la mesa y miró el plato, descubrió que era incapaz de comérselos.
—¿Qué pasa? —le pregunté.
Tardó en sacar la vista de los huevos.
—Estoy preocupado —dijo—, creo que estoy perdiendo velocidad.
Movió el brazo a un lado y al otro, de una forma lenta y exasperante, supongo que a propósito, y se quedó mirándome, como esperando mi veredicto.
—No tengo la menor idea de qué estás hablando —dije—, todavía estoy demasiado dormido.
—¿No viste lo que tardo en atender el teléfono? En atender la puerta, en tomar un vaso de agua, en cepillarme los dientes… Es un calvario.
Hubo un tiempo en que Tego volaba a cuarenta kilómetros por hora. El circo era el cielo; yo arrastraba el cañón hasta el centro de la pista. Las luces ocultaban al público, pero escuchábamos el clamor. Las cortinas terciopeladas se abrían y Tego aparecía con su casco plateado. Levantaba los brazos para recibir los aplausos. Su traje rojo brillaba sobre la arena. Yo me encargaba de la pólvora mientras él trepaba y metía su cuerpo delgado en el cañón. Los tambores de la orquesta pedían silencio y todo quedaba en mis manos. Lo único que se escuchaba entonces eran los paquetes de pochoclo y alguna tos nerviosa. Sacaba de mis bolsillos los fósforos. Los llevaba en una caja de plata, que todavía conservo. Una caja pequeña pero tan brillante que podía verse desde el último escalón de las gradas. La abría, sacaba un fósforo y lo apoyaba en la lija de la base de la caja. En ese momento todas las miradas estaban en mí. Con un movimiento rápido surgía el fuego. Encendía la soga. El sonido de las chispas se expandía hacia todos lados. Yo daba algunos pasos actorales hacia atrás, dando a entender que algo terrible pasaría —el público atento a la mecha que se consumía—, y de pronto: Bum. Y Tego, una flecha roja y brillante, salía disparado a toda velocidad.
Tego hizo a un lado los huevos y se levantó con esfuerzo de la silla. Estaba gordo, y estaba viejo. Respiraba con un ronquido pesado, porque la columna le apretaba no sé qué cosa de los pulmones, y se movía por la cocina usando las sillas y la mesada para ayudarse, parando a cada rato para pensar, o para descansar. A veces simplemente suspiraba y seguía. Caminó en silencio hasta el umbral de la cocina, y se detuvo.
—Yo sí creo que estoy perdiendo velocidad —dijo.
Miró los huevos.
—Creo que me estoy por morir.
Arrimé el plato a mi lado de la mesa, nomás para hacerlo rabiar.
—Eso pasa cuando uno deja de hacer bien lo que uno mejor sabe hacer —dijo—. Eso estuve pensando, que uno se muere.
Probé los huevos pero ya estaban fríos. Fue la última conversación que tuvimos, después de eso dio tres pasos torpes hacia el living, y cayó muerto en el piso.
Una periodista de un diario local viene a entrevistarme unos días después. Le firmo una fotografía para la nota, en la que estamos con Tego junto al cañón, él con el casco y su traje rojo, yo de azul, con la caja de fósforos en la mano. La chica queda encantada. Quiere saber más sobre Tego, me pregunta si hay algo especial que yo quiera decir sobre su muerte, pero ya no tengo ganas de seguir hablando de eso, y no se me ocurre nada. Como no se va, le ofrezco algo de tomar.
—¿Café? —pregunto.
—¡Claro! —dice ella. Parece estar dispuesta a escucharme una eternidad. Pero raspo un fósforo contra mi caja de plata, para encender el fuego, varias veces, y nada sucede.
-SCHWEBLIN, Samanta.
Fue en Fort Lauderdale, Florida, cuando un hombre de mediana edad intentó entrar a un bar, lo que le fue negado producto a su deplorable aspecto. Como respuesta, el tipo se enfurece y comienza a patear el cristal de la puerta. Acto seguido, salen los guardias a reducirlo, el hombre arranca, pero es alcanzado apenas a unos metros de distancia. Uno de los guardias le propina una paliza que lo deja inconsciente. La víctima es llevada al hospital, donde se le formaliza en estado de coma. Nueve días después, el 21 de septiembre de 1987, es desconectado del respirador artificial. Su asesino, cinturón negro en kárate, pagó el crimen con cuatro meses de prisión.
Era el fin de Jaco Pastorius, el mejor bajista del mundo y probablemente uno de los últimos revolucionarios del jazz. Tenía apenas 35 años.
https://darkmagicianofchaos44.tumblr.com/post/648294647684300800/me-prostituí-a-los-veinte-en-la-universidad
Crohn's is a wmd started by half-life ii last man w a crowbar
SARs stone age rock
http://hombredetrapo79.blogspot.com/2014/11/john-byrne-no-tengo-boca-y-debo-gritar.html
El vampiro
—Sí —dijo el abogado Rhode—. Yo tuve esa causa. Es un caso, bastante raro por aquí, de vampirismo. Rogelio Castelar, un hombre hasta entonces normal fuera de algunas fantasías, fue sorprendido una noche en el cementerio arrastrando el cadáver recién enterrado de una mujer. El individuo tenía las manos destrozadas porque había removido un metro cúbico de tierra con las uñas. En el borde de la fosa yacían los restos del ataúd, recién quemado. Y como complemento macabro, un gato, sin duda forastero, yacía por allí con los riñones rotos. Como ven, nada faltaba al cuadro.
En la primera entrevista con el hombre vi que tenía que habérmelas con un fúnebre loco. Al principio se obstinó en no responderme, aunque sin dejar un instante de asentir con la cabeza a mis razonamientos. Por fin pareció hallar en mí al hombre digno de oírle. La boca le temblaba por la ansiedad de comunicarse.
* * *
—¡Ah! ¡Usted me entiende! —exclamó, fijando en mí sus ojos de fiebre. Y continuó con un vértigo de que apenas puede dar idea lo que recuerdo—: ¡A usted le diré todo! ¡Sí! ¿Que cómo fue eso del ga… de la gata? ¡Yo! ¡Solamente yo! Óigame: cuando yo llegué… allá, mi mujer…
—¿Dónde, allá? —le interrumpí.
—Allá… ¿La gata o no? ¿Entonces?… Cuando yo llegué mi mujer corrió como una loca a abrazarme. Y enseguida se desmayó. Todos se precipitaron entonces sobre mí, mirándome con ojos de locos.
¡Mi casa! ¡Se había quemado, derrumbado, hundido con todo lo que tenía dentro! ¡Ésa, ésa era mi casa! ¡Pero ella no, mi mujer mía!
Entonces un miserable devorado por la locura me sacudió el hombro, gritándome:
—¿Qué hace? ¡Conteste!
Y yo le contesté:
—¡Es mi mujer! ¡Mi mujer mía que se ha salvado!
Entonces se levantó un clamor:
—¡No es ella! ¡Ésa no es!
Sentí que mis ojos, al bajarse a mirar lo que yo tenía entre mis brazos, querían saltarse de las órbitas. ¿No era ésa María, la María de mí, y desmayada? Un golpe de sangre me encendió los ojos y de mis brazos cayó una mujer que no era María. Entonces salté sobre una barrica y dominé a todos los trabajadores. Y grité con la voz ronca:
—¡Por qué! ¡Por qué!
Ni uno solo estaba peinado porque el viento les echaba a todos el pelo de costado. Y los ojos de fuera mirándome.
Entonces comencé a oír de todas partes:
—Murió.
—Murió aplastada.
—Murió.
—Gritó.
—Gritó una sola vez.
—Yo sentí que gritaba.
—Yo también.
—Murió.
[continuación]
—La mujer de él murió aplastada.
—¡Por todos los santos! —grité yo entonces retorciéndome las manos—. ¡Salvémosla, compañeros! ¡Es un deber nuestro salvarla!
Y corrimos todos. Todos corrimos con silenciosa furia a los escombros. Los ladrillos volaban, los marcos caían desescuadrados y la remoción avanzaba a saltos.
A las cuatro yo solo trabajaba. No me quedaba una uña sana, ni en mis dedos había otra cosa que escarbar. ¡Pero en mi pecho! ¡Angustia y furor de tremebunda desgracia que temblaste en mi pecho al buscar a mi María!
No quedaba sino el piano por remover. Había allí un silencio de epidemia, una enagua caída y ratas muertas. Bajo el piano tumbado, sobre el piso granate de sangre y carbón, estaba aplastada la sirvienta.
Yo la saqué al patio, donde no quedaban sino cuatro paredes silenciosas, viscosas de alquitrán y agua. El suelo resbaladizo reflejaba el cielo oscuro. Entonces cogí a la sirvienta y comencé a arrastrarla alrededor del patio. Eran míos esos pasos. ¡Y qué pasos! ¡Un paso, otro paso, otro paso!
En el hueco de una puerta —carbón y agujero, nada más— estaba acurrucada la gata de casa, que había escapado al desastre, aunque estropeada. La cuarta vez que la sirvienta y yo pasamos frente a ella, la gata lanzó un aullido de cólera.
¡Ah! ¿No era yo, entonces?, grité desesperado. ¿No fui yo el que buscó entre los escombros, la ruina y la mortaja de los marcos, un solo pedazo de mi María?
La sexta vez que pasamos delante de la gata, el animal se erizó. La séptima vez se levantó, llevando a la rastra las patas de atrás. Y nos siguió entonces así, esforzándose por mojar la lengua en el pelo engrasado de la sirvienta —¡de ella, de María, no, maldito rebuscador de cadáveres!
—¡Rebuscador de cadáveres! —repetí yo mirándolo—. ¡Pero entonces eso fue en el cementerio!
El vampiro se aplastó entonces el pelo mientras me miraba con sus inmensos ojos de loco.
—¡Conque sabías entonces! —articuló—. ¡Conque todos lo saben y me dejan hablar una hora! ¡Ah! —rugió en un sollozo echando la cabeza atrás y deslizándose por la pared hasta caer sentado—: ¡Pero quién me dice al miserable yo, aquí, por qué en mi casa me arranqué las uñas para no salvar del alquitrán ni el pelo colgante de mi María!
* * *
—No necesitaba más, como ustedes comprenden —concluyó el abogado—, para orientarme totalmente respecto del individuo. Fue internado enseguida. Hace ya dos años de esto, y anoche ha salido, perfectamente curado…
—¿Anoche? —exclamó un hombre joven de riguroso luto—. ¿Y de noche se da de alta a los locos?
—¿Por qué no? El individuo está curado, tan sano como usted y como yo. Por lo demás, si reincide, lo que es de regla en estos vampiros, a estas horas debe de estar ya en funciones. Pero éstos no son asuntos míos. Buenas noches, señores.
~QUIROGA, Horacio, Anaconda y otros cuentos, 1921.
Hace como dos días tuve un sueño muy bonito
Dentro del mismo ,yo estaba acostado en una cama ,en una pieza como de hospital algo así la cosa es que la pieza era blanca y tenía hartas cosas , su velador una puerta cerrada más allá, una parte que no tenía puerta y daba a un pasillo en el que no podía ver el fondo por que había una luz blanca que no me dejaba hacerlo.
Todo ese lugar estaba cubierto de una luz azul muy este ,¿saben cuando amanece y todo está en una tonalidad azul antes de que el sol salga? Así mismo ,todo estaba con esa tonalidad azul cuando el sol aún no sale o cuando ya se escondió en las tardes ,
después de ver todos esos detalles ,vi a un abuelito que me dio una sensación de paz muy grande ,transmitía emoción alegría ternura.
El abuelito era como de 1:68 , delgado de tez media blanca ,su pelo igual tenía barba ordenada ,su pelo era largo y estaba tomado hacia atrás, sus ojos eran azules ,bonitos y transmitían vejez y emoción.
el señor me tomó las manos ,como para saludarme ,el parecía muy contento de verme no dijo nada me tomo una mano y ahí pudo transmitir toda su alegría,
en una con sus dos manos tomó mi mano derecha y la apretó firme pero cariñoso ,me dijo
mi niño usted sabe donde está?
yo le dije que si sabía ,
Me sonrió muy alegre y bondadoso, el transmitía puros sentimientos buenos ,no diría que era un Ángel ni nada pero si puedo decir que era una persona que estaba viviendo un momento de dicha muy grande tanto así que podía transmitir todos esos sentimientos buenos
me dijo después-mi niño tu aún no te tienes que ir
-le dije que también sabía
entonces el me dio unas palmaditas de cariño en mis manos con una de las suyas mientras aún sostenía las mías,
las soltó y me dijo que tenía que irse
se acercó a la puerta de la pieza que estaba cerrada , la abrió y les juró que vi un brillo dorado salir de ahí, tipo como el más bonito de los atardeceres y ahí el se despidió con su manito y se fue ,yo creo que al cielo ,al paraiso